Queremos que sintáis la paz y el amor que ese pequeño Niño nos viene a traer cada vez que nuestro corazón se inunda de ternura, de generosidad y de servicio gratuito con los hermanos que nos rodean
“He recibido la visita de un ángel. Estaba encargado de hacerme llegar una noticia extraña. Jesús había decidido renovar aquí y este año, el misterio de Navidad. Quería volver visiblemente a esta tierra, durante unos instantes, en esta noche santa, como recién nacido, en compañía de María y de José. Los tres irían a la moda actual y el ángel me pedía encontrarles aquí mismo una morada adaptada y unos visitantes parecidos a aquellos de Belén.
“He recibido la visita de un ángel. Estaba encargado de hacerme llegar una noticia extraña. Jesús había decidido renovar aquí y este año, el misterio de Navidad. Quería volver visiblemente a esta tierra, durante unos instantes, en esta noche santa, como recién nacido, en compañía de María y de José. Los tres irían a la moda actual y el ángel me pedía encontrarles aquí mismo una morada adaptada y unos visitantes parecidos a aquellos de Belén.
El Salvador quería ver si encontraba,
en nuestro tiempo considerado tan malo, unos cuantos corazones fervientes para
acogerle. Ha llegado también la Sagrada Familia. Los ángeles han hecho su
llamada y son numerosos los sencillos que reemplazan a los pastores de Belén.
Allí están mudos de emoción, intentando una plegaria al niño Dios descendido de
nuevo en medio de ellos. Y yo pienso en todos vosotros, queridos amigos
enfermos y minusválidos, que vivís también en Belén, vosotros conocéis una
buena parte de la dureza de la vida, pero sois ricos en amor hacia Dios y hacia
los otros.
Amad a los demás antes de que ellos os amen; amadles cuando esperáis
el amor como recompensa y cuando adivináis la indiferencia. Amadles cuando os
impulse la simpatía y también cuando ello os resulte más difícil. Conseguiréis
así una gran riqueza y habréis estado verdaderamente en el portal del niño
Jesús. Este don de sí mismo a los demás no puede aprenderse en otro sitio que
en el desinterés y en la fidelidad. La Fraternidad no tiene sentido sino como
medio de hacer pasar en vosotros esa gran corriente de amor que nace en Belén”.
Con estas sencillas
palabras del P. François, queremos haceros llegar nuestra felicitación de
Navidad. Queremos que sintáis la paz y el amor que ese pequeño Niño nos viene a
traer cada vez que nuestro corazón se inunda de ternura, de generosidad y de
servicio gratuito con los hermanos que nos rodean.
Un abrazo fuerte y
navideño para cada uno de vosotros, de vuestros amigos del Equipo Diocesano.
Fuente: FRATER, Boletín Entremeses