A
vuelta de hoja
Atrás hemos dejado un año lleno de dolor y sufrimiento, para tantas personas que se han visto sacudidas por los efectos de las guerras, las catástrofes de la naturaleza maltratada, el terrorismo cruel y despiadado, la violencia y el mal trato, los accidentes fortuitos y provocados, las enfermedades que no se pueden erradicar, las pérdidas humanas,…
Por nuestra retina han pasado imágenes escalofriantes, se nos han
removido las entrañas, ante el dolor infrahumano de tantos hermanos nuestros,
que se han quedado en el camino de la vida. Nos hemos sentido impotentes ante
tanta maldad y ante esos corazones de acero y con sentimientos de odio y
violencia. No podemos concebir que el ser humano sea el peor enemigo de sus
semejantes.
Ha sido un año realmente duro, donde la incertidumbre de no saber qué
va a pasar en el momento siguiente ha hecho mella en nuestras vidas, el miedo
ha sido cruel compañero para tantas personas que se han visto sometidas a la
violencia y al éxodo de sus tierras, marchando hacia lo desconocido, sin techo
ni hogar y, en muchos casos, hacia una muerte anunciada.
¡Y ya estamos a las puertas de la Navidad!
Nosotros, como cristianos que somos, tenemos que ser fuertes, sentir
el gozo de experimentar la venida de Jesús, que se hace un indefenso niño para
ser nuestra salvación y estar siempre en actitud de servicio y ayuda generosa
hacia los hermanos que más nos necesitan. Ser capaces de transmitir consuelo y
esperanza, en la adversidad y en el abandono.
Nuestra misión es hacernos Navidad en cada hermano que sufre, es
hacernos presentes y cercanos, es llegar a compartir nuestro pan, nuestro
calor. En definitiva, es empatizar con nuestros semejantes menos afortunados,
para que puedan vivir con paz y dignidad.
“Que el Espíritu Santo ilumine hoy nuestros corazones. Que el poder de
Cristo, que es liberación y servicio, se haga oír en tantos corazones que
sufren. Que su fuerza redentora transforme las armas en arados, la destrucción
en creatividad, el odio en amor y ternura. Así podremos decir con júbilo: Nuestros ojos han visto a tu Salvador”. (Papa Francisco).
¡Y ya estamos a las puertas de la Navidad!
¡Ábrelas de par en par a todos los hombres de buena voluntad!
Fuente: Frater Boletín Entremeses
Fuente: Frater Boletín Entremeses