Regalos que han
de llenar de alegría nuestros corazones
El ritual del
bautismo se encuentra lleno de significados. Desde la puerta del templo, hasta
la oración final, se encuentra repleto de profundos símbolos; como si se nos
abrieran los secretos del tesoro escondido.
En esta ocasión
hablaremos de cuatro dones que recibimos el día de nuestro bautismo y que han
de llenar de alegría nuestros corazones y esto nos motive a procurar la Gracia
de la Presencia de Dios en nuestras vidas.
El día en que
Jesús el Buen Pastor nos invita a entrar a su redil, nos llevan al templo, y
ahí se encuentra una luz muy hermosa y brillante. El Cirio es portador
de esta Luz.
“Jesús les
dirigió una vez más la palabra, diciendo: “Yo soy la luz del mundo. El que me
sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la Vida” (Juan 8,
12)
Jesús es esa
luz que brilló para nosotros por primera vez en Belén, tal como lo anunció el
profeta Isaías:
“El pueblo que
caminaba en las tinieblas ha visto una gran luz; sobre los que habitaban en el
país de la oscuridad ha brillado una luz” (Isaías 9,1)
El Buen Pastor da
la vida por sus ovejas. Aunque el Cirio se apague, representa a una
luz que no se apagará jamás, debido a la Resurrección.
Desde el Cirio,
esta Luz llega hasta nosotros a través de la vela que nuestros Padres y
Padrinos sostienen en sus manos, para comunicarnos a Jesús que es la Luz.
2.- La
Vestidura Blanca
El día de
nuestro bautismo también nos visten con una Vestidura Blanca, que significa que nuestra
alma se vuelve blanca con la Luz de Jesús.
Esta vestidura
blanca es símbolo de la dignidad de ser Hijo de Dios:
“Seis días
después, Jesús tomó a Pedro, Santiago y Juan, y los llevó a ellos solos a un
monte elevado. Allí se transfiguró en presencia de ellos. Sus vestiduras se
volvieron resplandecientes, tan blancas como nadie en el mundo podría
blanquearlas.(Marcos 9, 2-3)
“Entonces una
nube los cubrió con su sombra, y salió de ella una voz: «Este es mi Hijo muy
querido, escúchenlo»” (Marcos 9,7)
¡Son las mismas
palabras que Dios Padre dice durante el bautizo de Jesús:
“Apenas fue
bautizado, Jesús salió del agua. En ese momento se le abrieron los cielos, y
vio al Espíritu de Dios descender como una paloma y dirigirse hacia él. Y se
oyó una voz del cielo que decía: “Este es mi Hijo muy querido, en quien tengo
puesta toda mi predilección” (Mateo 3, 15)
¿No nos gustaría
mantener esta vestidura, siempre blanca, siempre limpia?
3.- La Palabra
Durante nuestro
bautizo se lee La Palabra. De esta manera nos es presentada la Palabra de Dios.
Jesús se hace presente a través de Su Palabra.
La
Palabra es la que nos indica el Camino, nos muestra la Verdad y nos regala la
Vida:
“Yo voy a
prepararles un lugar. Y cuando haya ido y les haya preparado un lugar, volveré
otra vez para llevarlos conmigo, a fin de que donde yo esté,
estén también
ustedes. Ya conocen el camino del lugar adonde voy. Tomás le dijo: Señor, no
sabemos adónde vas. ¿Cómo vamos a conocer el camino?” Jesús le respondió: “Yo
soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre, sino por mí”. (Juan
14, 2-6)
El canto nos
recuerda: “…Tu palabra Señor es la fuente de donde brota la vida…”
4.- El Agua.
El agua tiene
diversos usos: mantener la vida de todos los seres, la limpieza, la salud,
entre otros muchos.
El agua en el
bautismo se convierte en instrumento, ella es el “Signo” de la acción del
Espíritu Santo.
“Jesús le
respondió: “Te aseguro que el que no nace del agua y del Espíritu no puede
entrar en el Reino de Dios”. (Juan 3,5)
“Acercándose,
Jesús les dijo: “Yo he recibido todo poder en el cielo y en la tierra. Vayan,
entonces, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos, bautizándolos en
el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”. (Mateo 28, 18-19)
Cada bautizado
recibe al Espíritu Santo y se convierte en Hijo de Dios al
entrar al redil del Buen Pastor.
El nacimiento
físico nos hace nacer en una familia. El bautismo nos hace nacer en una
comunidad: La Iglesia.
Fuente: Rafael Ruiz, PildorasdeFe.net