La
oración de las madres para pedir protección espiritual
Marta era la hermana de María de Betania
y de Lázaro, a quien Cristo resucitó. Sabemos muy poco de ella, sólo lo que
está escrito en los evangelios de Lucas y Juan.
Según lo que podemos apreciar de los
episodios evangélicos, Jesús
amaba a Marta, María y Lázaro. Entre ellos había una especial
relación de Jesús hacia esta familia muy devota (Cfr Juan 11, 5)
Fue Santa Marta quien amorosamente
sirvió y atendió al Señor Jesús y a sus discípulos cuando estuvo de
visita en su casa. Así lo narra el Evangelio de Lucas (10, 38-42):
Marta estaba preparando
la comida para Jesús y sus discípulos a quienes ya los había recibido
como huéspedes especiales. Ella se dio cuenta de que la tarea sería más
fácil si su hermana le ayudara y observó que María estaba sentada en silencio a
los pies de Jesús, escuchándolo. En eso, ella interrumpe a Jesús y le dice: “Señor,
dile a mi hermana para que venga a ayudarme“… Jesús estaba muy
satisfecho con el servicio amoroso y desprendido que había tenido Marta para
con todos ellos, sin embargo, Él quería que ella se diese cuenta
de que la escucha de la Palabra de Dios y la oración es aún mucho más
importante. Así que Jesús le responde muy cariñosamente,
“Marta, Marta, te inquietas y te agitas
por muchas cosas. Sin embargo, una sola es necesaria. María eligió la mejor
parte, que no le será quitada”
No es que el servicio no sea importante, por supuesto que lo es, pero para ello,
primero debemos asistir a la invitación del Señor, a escuchar su palabra para
luego ponerla en práctica, tal como lo diría anteriormente a la
multitud que lo seguía llamándolo: «Señor, Señor..»… Él
respondería: “todo aquel que viene a mí, escucha mis palabras y las
practica… se parece al hombre que construyó su casa sobre la roca” (Lc 6, 47-48) O
como cuando también dijo a su pueblo que “Mi madre y mis hermanos son los
que escuchan la Palabra de Dios y la practican”… Entonces aquí nos damos cuenta
de lo importante que es escuchar al Señor primero, asistir a su llamado.
La oración de las madres de
familia a Santa Marta
Oh Santa Marta dichosa, que
tantas veces tuviste el honor y la
alegría de hospedar a Jesús en el
seno de tu familia, de prestarle
personalmente tus servicios domésticos,
y que juntamente con tus santos
hermanos Lázaro y María Magdalena,
gozaste de su divina conversación
y doctrina, ruega por mí y por mi familia,
para que en ella se conserve la paz
y el mutuo amor, para que
todos sus miembros
vivan en la observancia de la
Ley de Dios, y para que sólo Dios,
y no el mundo ni el pecado,
reine en nuestro hogar.
alegría de hospedar a Jesús en el
seno de tu familia, de prestarle
personalmente tus servicios domésticos,
y que juntamente con tus santos
hermanos Lázaro y María Magdalena,
gozaste de su divina conversación
y doctrina, ruega por mí y por mi familia,
para que en ella se conserve la paz
y el mutuo amor, para que
todos sus miembros
vivan en la observancia de la
Ley de Dios, y para que sólo Dios,
y no el mundo ni el pecado,
reine en nuestro hogar.
Libra
a mi familia de toda
desgracia espiritual y temporal,
ayúdame en el cuidado
de mis hijos y subordinados,
y concédeme la dicha de verlos
unidos bajo la mirada paternal de Dios
en la tierra, para volver a verles reunidos
en las moradas del cielo. Amén
desgracia espiritual y temporal,
ayúdame en el cuidado
de mis hijos y subordinados,
y concédeme la dicha de verlos
unidos bajo la mirada paternal de Dios
en la tierra, para volver a verles reunidos
en las moradas del cielo. Amén
Artículo publicado por pildorasdefe.net
Fuente: Aleteia