El hombre que rompió varios
récords visitó en el Vaticano a Pablo VI en 1965
John Glenn murió a los
95 años este jueves 8 de diciembre y será recordado por la historia como el
primer astronauta estadounidense que dio la vuelta a la Tierra, a bordo de
la nave Frienship 7 en 1962.
En 1998 rompió otro
récord mundial: ser el hombre más mayor en el espacio, tenía 77 años y
luego de su proeza declaró: “Para mí es imposible contemplar toda la
creación y no creer en Dios”. Asimismo, fue senador durante 25 años,
representante del partido demócrata.
La universidad de Ohio,
su ciudad natal, anunció su muerte y lo presentó como modelo de pasión por la
vida y un espíritu emprendedor que puede inspirar a las nuevas generaciones.
“Si hay una cosa que
he aprendido en mis años en este planeta, es que las personas más felices y más
satisfechas que he conocido son aquellas que se dedicaron a algo más grande y
más profundo que simplemente su propio interés“, dijo Glen para la
posteridad, el 3 de octubre de 1997, el día en que anunció que iba a donar sus
documentos personales y del Senado y otros materiales a la Universidad
Estatal de Ohio.
El presidente
estadounidense saliente, Barack Obama, lamentó la muerte de “un icono y un
amigo” y admitió que se “pasó la vida rompiendo barreras, pues defendió
nuestra libertad como condecorado piloto de combate de los marines en la II
Guerra Mundial y en Corea”.
Por su parte, el
republicano Donald Trump, próximo presidente de EE.UU., también rememoró a
quien calificó de un “gran pionero del aire y el espacio” y un “héroe que
inspiró a generaciones futuras de exploradores”.
La Universidad
Ohio lo recuerda como un hombre que durante décadas, más allá
de los reconocimientos oficiales y honoríficos, se ganó la admiración de
sus allegados debido a “ser un servidor, un modelo a seguir, dando
muestras de valentía, pionero, disciplinado, explorador, trabajador , humilde,
amable, gran pensador y dedicado a los demás”.
En esta foto, John Glenn
se reúne con el papa Pablo VI en el Palacio Apostólico en el Vaticano durante
el viaje del astronauta como embajador de buena voluntad de la NASA y del
presidente Johnson por Europa en 1965, año en el que se abre (14 septiembre )
el cuarto y último período del Concilio Vaticano II.
El astronauta, a los 93
años con poca vista y oído, dijo en una entrevista a The
Associated Press que él no veía alguna contradicción entre creer en
Dios y creer en la evolución.
“No creo que
sea menos religioso por el hecho de que puedo apreciar los hechos de la ciencia
y los registros de nuestros cambios en la historia y nuestra evolución y
tiempo, y eso es un hecho”, dijo Glenn, presbiteriano. El ex astronauta
confirmó que creía que hay un poder más grande (Dios) que está detrás de la
creación y de todas las cosas.
ARY
WALDIR RAMOS DÍAZ
Fuente: Aleteia