“Los desafíos nos ayudan a hacer que nuestra fe no sea ideológica”
En
su encuentro con los sacerdotes y consagrados de Milán, el Papa Francisco
alertó contra el peligro de la “resignación” y pidió ayudar a los jóvenes en el
discernimiento, además de asegurar que la alegría es una condición
indispensable para evangelizar.
En
la catedral, acompañado del Arzobispo de Milán, el Cardenal Angelo Scola, y
otros prelados italianos, se encontró con los sacerdotes y consagrados de la
diócesis y respondió a algunas de sus preguntas. Una de ellas fue sobre cómo
evitar perder la alegría de evangelizar, otra sobre la misión de los diáconos
permanentes y otra fue realizada por una religiosa.
“La
evangelización no siempre es sinónimo de ‘pescar peces’. Dar testimonio… pero
luego es el Señor el que pesca, dónde, cómo, cuándo, no lo sabemos, pero esto
es muy importante. También partir de eso: que nosotros somos instrumentos,
instrumentos inútiles”, dijo respecto a la primera pregunta.
“Evangelizar
es una alegría. Decía el gran Pablo VI en el más grande documento pastoral post
conciliar que todavía hoy tiene actualidad: la alegría de la Iglesia es este
evangelizar y nosotros tenemos que pedir la gracia de no perderla”.
“Un
evangelizador triste es uno que no está convencido de que Jesús es alegría, que
Jesús te lleva alegría y que cuando te llama te cambia la vida y te da alegría, te envía en
alegría, en la cruz,
pero en alegría para evangelizar”, añadió.
Por
otro lado, Francisco aseguró que se trata de un “desafío”. “No debemos temer
los desafíos que existen” porque “son signo de una fe viva, de una comunidad
viva que busca a su Señor y tiene los ojos y el corazón abiertos”. “No debemos
tener temor ni lamentarnos, los desafíos se deben tomar por los cuernos, hace
bien que haya desafíos, porque hacen crecer”.
Sobre
esto mismo, el Santo Padre aseguró que “los desafíos nos ayudan a hacer que
nuestra fe no sea ideológica”. “Las ideologías germinan y crecen cuando un cree
tener la fe completa, ahí viene la ideología”, y añadió que “nos salvan de un
pensamiento cerrado y definitivo y nos abren a una comprensión más amplia”.
Francisco
también recordó que la sociedad actual es “multiforme” y explicó que “la
Iglesia tiene mucho que enseñarnos y ayudarnos para una cultura de la
diversidad”.
Acerca
del discernimiento, aseguró que “en la cultura de la abundancia, a la cual
estamos sometidos, la diversidad ofrece un horizonte de muchas posibilidades,
presentándoles a todas como válidas y buenas”. “Nuestros jóvenes son expuestos
a un ‘zapping’ continuo. Pueden navegar en dos o tres pantallas abiertas al
mismo tiempo, pueden interactuar al mismo tiempo en varios escenarios
virtuales”.
Por
ello, “es bueno enseñarles a discernir, porque tenemos los instrumentos y los
elementos que les ayuden a recorrer el camino de la vida sin que se extinga el
Espíritu Santo que está en ellos”.
Diaconado permanente y
periferias existenciales
El
Papa advirtió que el diácono no puede ser una especie de “intermediario entre
los fieles y los pastores”. “El diaconado es una vocación específica, una
vocación familiar que reclama el servicio como uno de los dones característicos
del pueblo de Dios”.
En
definitiva, “es el custodio del servicio en la Iglesia, el servicio en la
Palabra, el servicio en el Altar, el servicio a los Pobres”. “No sois medio
sacerdotes ni medio laicos –esto sería ‘funcionalizar’ el diaconado–, sino que
sois sacramento del servicio a Dios y a los hermanos”.
En
su respuesta a la pregunta de una religiosa advirtió contra el peligro de la
“resignación”. “Cada vez que pensamos o constatamos que somos pocos, o en
muchos casos ancianos, que experimentamos el peso, la fragilidad más que el
esplendor, nuestro espíritu comienza a ser corroído por la resignación. Y la
resignación conduce después a la pereza”.
Por
eso, “hace bien a todos nosotros revisitar los orígenes, una memoria que nos
salva de cualquier imaginación gloriosa pero irreal del pasado”.
“Durante
muchos años hemos creído, y hemos crecido, con la idea de que las familias
religiosas deben ocupar espacios más que iniciar procesos”.
El
Papa pidió también poner atención porque a veces “cuando caemos en la
resignación nos alejamos de la misericordia”. “Comienza a pesar el dinero que
tenemos en el banco, ¿y la pobreza entonces dónde está?”, preguntó. “El Señor
es bueno y cuando una congregación religiosa no va por el camino del voto de
pobreza le envía un ecónomo o una ecónoma dura que hace que se desmorone todo,
y esto es una gracia”.
Francisco
pidió no tener miedo a ser una “minoría” y observó que “no osaría deciros a
cuáles periferias existenciales debe dirigirse la misión, porque normalmente el
Espíritu ha inspirado los carismas para las periferias, para ir a los lugares,
en dónde suelen estar los abandonados”.
Por Álvaro
de Juana
Fuente:
ACI Prensa