Allí
Baani terminó sus estudios y en
septiembre de 2016 fue ordenado sacerdote junto con otros seis
diáconos
En
el año 2014, Martin Baani aún era seminarista cuando arriesgó su vida para rescatar el Santísimo
Sacramento y huir de su aldea natal Karamlesh. Dos años después de la
liberación de la ciudad del control de los terroristas del Estado Islámico
(ISIS), regresa con la Eucaristía a su pueblo para servir como sacerdote.
Baani
tenía 24 años cuando el 6 de agosto de 2014 recibió una llamada de un
amigo que le avisó que un poblado cercano había caído en manos del ISIS y que
Karamlesh sería el siguiente.
Entonces,
el joven se dirigió a la iglesia de San
Addai y tomó el Santísimo Sacramento para evitar que los yihadistas lo
profanen. Ese día, huyó en un auto junto con su párroco, el P. Thabet y otros
tres sacerdotes.
A
pesar de las amenazas del ISIS, Baani optó por quedarse en Irak en vez de huir
con su familia a
Estados Unidos. Se dirigió al Seminario de San Pedro ubicado en Erbil, la
capital del Kurdistán iraquí.
Allí
Baani terminó sus estudios y en
septiembre de 2016 fue ordenado sacerdote junto con otros seis
diáconos.
La
fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) informó que a la
ordenación asistieron cerca de 500 personas y que esta fue presidida por el Patriarca
de la Iglesia Católica caldea, Mons. Louis Raphaël Sako. Ese día el P. Martin
Baani dio un discurso de agradecimiento.
Unos
meses antes de su ordenación, Baani dijo a ACN: “Todos los días acudo a los
campos de refugiados cristianos para acompañar a las familias. Somos cristianos
refugiados. El ISIS quiere eliminar el cristianismo de Irak pero yo he decidido
quedarme. Amo a Jesús y no quiero que desaparezca nuestra historia”.
Casi
un año después, y tras la liberación de las aldeas de la Llanura del Nínive del
poder del Estado Islámico, el P. Baani volvió a confirmar su decisión de
quedarse en Irak para “servir a mi pueblo y a nuestra Iglesia. Ahora estoy
feliz de celebrar la Santa Misa en Irak”.
El
“Daesh (ISIS) estaba a punto de ocupar nuestro pueblo, nos vimos obligados a
marcharnos. Yo fui el último en dejar Karamlesh, con el Santísimo Sacramento en
mis manos. Ahora quisiera hablarles de mi regreso a Karamlesh. Fui el primer
sacerdote en bendecir a la gente en la iglesia de mi pueblo natal”, expresó el
presbítero.
Actualmente
ACN ha planeado la reconstrucción de cerca de 13 mil casas cristianas que
fueron destruidas por el ISIS.
Hace
unas semanas realizaron en una “ceremonia
de los olivos” donde entregaron una planta de olivo a los dueños de
105 casas cristianas en las aldeas de Bartella, Karamlesh y Qaraqosh como un
símbolo de paz y reconciliación.
Fuente:
ACI Prensa






