El
Pontífice afirmó que “todas las personas tienen un sentido” y denunció que en
la sociedad actual se ha acostumbrado a “excluir, a seleccionar, a agredir, a
ningunear”
Durante
un encuentro vía videoconferencia, el Papa Francisco exhortó este viernes a los
jóvenes a descubrir “qué sentido” tienen sus vidas y cómo las comparten con los
demás, porque una vida que
no se entrega al prójimo sirve “para el museo”.
“En
las manos de ustedes está descubrir qué sentido tengo yo en la vida, cómo soy,
con las potencialidades que tengo y cómo entrego ese sentido a los demás, cómo
lo comparto. Una vida que no se comparte con los otros, ¿saben para qué sirve?,
para el museo. Y no creo que ninguno de ustedes quiera terminar en el museo ¿o
no?”, señaló.
El
Santo Padre afirmó esto durante la inauguración de la sede de Scholas
Ocurrentes en el Vaticano, fundación pontificia que trabaja con niños y jóvenes
de todo el mundo.
Durante
la ceremonia, el Pontífice escuchó los testimonios de chicos y chicas de
Italia, Colombia, Haití, Paraguay, Argentina, Brasil, México, España y los
Emiratos árabes Unidos; quienes desde sus países compartieron sus experiencias
en esta iniciativa del Papa Francisco.
Luego
de agradecerles por sus testimonios, el Pontífice afirmó que “todas las
personas tienen un sentido” y denunció que en la sociedad actual se ha
acostumbrado a “excluir, a seleccionar, a agredir, a ningunear”.
“Esta
cultura del descarte también nos ‘descuajeringa’ a todos (…). Es decir, nos
hace, lo digo en italiano: como si fuera como un trapo. Nos deshace, nos
deshilacha. Entonces lo primero es lograr esa unidad, porque yo creo en lo que
siento y en lo que pienso y en lo que hago, me comunico, no me aíslo”, explicó.
Francisco
advirtió que “hay un peligro muy grande en la vida de la educación de los
jóvenes: el peligro de la elitización”. “Cada vez los presupuestos en educación
en algunos sitios se van acortando y se crea una elite, la que puede pagar la
educación; y quedan afuera chicos y chicas que no tienen educación. Educar no
es saber cosas sino es ser capaz de usar los tres lenguajes: el de las manos,
el del corazón y el de la cabeza. Educar es incluir”, afirmó.
El
Papa también señaló que si bien la globalización es buena, existe el peligro de
concebirla “como si fuera una bola de billar: todo igual. En una esfera cada
punto es equidistante del centro, todo es igual y entonces se anulan las
características personales de un chico o de una chica. O te hacés igual al
sistema o no sos, no existís. Lo mismo para los pueblos. O todos los pueblos
son iguales o no existen”.
Francisco
dijo que “la verdadera globalización es un poliedro donde sí buscamos la
unidad”, pero desde la peculiaridad de cada persona. “Debo buscar yo cual es mi
peculiaridad, cual es mi riqueza y compartirla con los demás porque yo tengo un
sentido”.
“¿Para
qué tengo yo un sentido? para dar. Y en el dar, dar con apertura, escuchando,
dialogando, no agrediendo. Porque hay una manera de dar agresiva, pensá en el
bulling. No bulling”, insistió.
“Todos
tenemos algo que dar y todos tenemos que abrirnos para recibir del otro y así
nos vamos globalizando humanamente, no animalmente. Gracias un abrazo, un
abrazo grande. Que Dios los bendiga y recen por mí”, culminó el Santo Padre.
Fuente:
ACI Prensa