Desde la destrucción
babilónica al pueblo de los apóstoles: Las Sagradas Escrituras no son mitos sin
fundamento
Dos
descubrimientos recentísimos muestran que la Biblia narra algo que sucedió
realmente.
La
clamorosa sentencia llega, ante todo, de Israel, donde los arqueólogos
del Israel Antiquities Authority han llevado a cabo un descubrimiento
revolucionario.
Las
excavaciones en la Ciudad de David, el primer asentamiento histórico
de Jerusalén, demuestran que la descripción del incendio de la capital de Israel
contenida en el Antiguo Testamento tiene validez desde el punto de vista
científico, y que lo que cuentan los pasajes bíblicos sucedió de verdad (tv.liberoquotidiano.it,
7 agosto).
Restos del 600 A.C.
Las
excavaciones han sacado a la luz una serie de restos y artefactos datados en el
600 antes de Cristo, y que se encontraban quemados.
Como
explica el HuffingtonPost.it
(7 agosto), se trata de semillas de vid, madera, cerámica, huesos
requemados, todo recubierto de cenizas. La datación ha sido posible gracias a
los sellos visibles sobre los objetos, “característicos del periodo de
construcción del Primer Templo”, según explica el jefe de las
excavaciones, Joe Uziel.
El libro de Jeremías
En
el libro de Jeremías (52, 12-13), por su parte, se menciona un incendio:
“En el quinto mes, el décimo del mes, siendo el año décimo noveno del reinado
de Nabucodonosor rey de Babilonia, Nabuzaradan, jefe de la
guardia, que prestaba servicio en presencia del rey de Babilonia, entró en Jerusalén.
Incendió el templo del Señor y el palacio y todas las casas de Jerusalén, puso
en llamas también todas las casas de los nobles”.
El pueblo de los
apóstoles
El
otro descubrimiento se refiere al pueblo de pescadores Betsaida, lugar de
nacimiento de los apóstoles Pedro, Andrés y Felipe, que parece haber
sido finalmente localizado después de décadas de excavaciones arqueológicas,
según revela The
Jerusalem Post (8 agosto).
En
base a las descripciones del historiador de origen judío Flavio Josefo, según
la cual existía una ciudad romana construida sobre Betsaida y llamada Julias,
investigadores dirigidos por Mordechai Aviam (del instituto Kinneret
de arqueología de Galilea) afirman haber hallado el lugar después de encontrar
restos de los siglos I, II y III. Entre ellos, una moneda de plata de la época
de Nerón, parte de un mosaico, además de elementos procedentes de un baño
público romano, que hacen pensar en una cultura de tipo urbano.
212 metros bajo el nivel
del mar
El
estrato inferior se encuentra a 212 metros bajo el nivel del mar. En el pasado,
los investigadores pensaban que el lago se encontraba a 209 metros bajo el
nivel del mar en la época de Jesús, y buscaban Betsaida más arriba. En el que
hoy se conoce como Parque del Jordán, se habían hallado hace años dos edificios
del primer y segundo siglo d.C., pero ninguna huella de Betsaida.
Según
Aviam, es posible que el nivel del lago de Tiberades fuese aún más bajo de lo
que se pensaba. Esa es la razón por la que no habían hallado la ciudad hasta
ahora. (La
Repubblica, 8 agosto).
inmaalvarezmira
Fuente:
Aleteia