Aunque
los espíritus malignos parecen muy fuertes, la armadura divina es mucho
más poderosa
En
su carta a los Efesios, san Pablo les urge: “Vivan orando y suplicando. Oren en
todo tiempo según les inspire el Espíritu”. (Efesios 6, 18)
Esta
exhortación a perseverar en la oración es un “mandato fuertemente relacionado
con la anterior instrucción de Pablo acerca de la batalla
espiritual” (Hahn & Curtis, 2010, S. 354).
Las
palabras de san Pablo indican “que nuestra persistencia en la oración
debe coincidir con la incansable persistencia del demonio” (Hahn &
Curtis, 2010, S. 354).
La oración es poder
La
oración se convierte en la llave que desata el poder de la armadura espiritual
de la que Pablo escribe. Él se asegura de que su audiencia se dé cuenta de
que la oración persistente no debe ser olvidada. Estas palabras
acerca de la oración se convierten en un puente para lo que Pablo escribe
después.
La
solicitud de oraciones de Pablo va de lo general a lo específico:
“Oren en todo momento” (6,18a), […] intercediendo
en favor de todos los santos (6,18b) – Rueguen también por
mí (Pablo – dos veces, 6, 19-20)” (Gotman, 2004, S. 528).
El
apóstol hace esto en espera de que “otros se unan a la batalla y den a conocer
el misterio del Evangelio (6,19) con igual o más
coraje” (Gotman, 2004, S. 528).
La oración es de todos
Como
en cualquier ejército, un solo soldado no es suficiente, sino que debe ir
acompañado por una multitud de hombres. Al mismo tiempo, él pide estas
oraciones como “embajador encadenado” (6, 20). Lo más probable es que él
escribiera esta carta como prisionero en una casa de arresto en Roma, donde “a
él le fue dada libertad para predicar a las multitudes que venían a
él” (Hahn & Curtis, 2010, S. 354).
No
sorprende entonces el por qué el pide oraciones: para que él también
sea capaz de continuar con coraje la lucha de la batalla espiritual y
no perder las esperanzas en su precaria situación.
La armadura de Dios
Para
concluir, el apóstol Pablo usa numerosas metáforas e imágenes para describir
las verdades espirituales en sus cartas. Entre ellas, su uso de la
“armadura de Dios” ha venido a ser una imagen impactante para
describir las realidades espirituales que no son vistas en el mundo.
Aunque
hay muchas similitudes con el equipamiento militar Romano, san Pablo desea
principalmente rememorar la armadura que Yahvé posee en el Antiguo Testamento.
Esto
tiene sentido ya que Pablo se formó en un intenso estudio de las Escrituras
como fariseo y desea resaltar un punto espiritual con respecto al tipo correcto
de “armadura” que se debe usar para batallar contra un enemigo espiritual.
Resistiendo a los ataques del demonio
San
Pablo se enfoca en la batalla espiritual que da lugar a la guerra tanto desde
el corazón humano -exhortando a los efesios a deshacerse de cualquier hábito
pecaminoso- como fuera de éste, estando alerta contra las maldades y
trampas del demonio que busca destruir la propagación del Evangelio de
Jesucristo.
Al
final, Pablo ve esta guerra espiritual como una realidad sombría, pero anima a
los efesios y les muestra que, aunque los espíritus malignos que ven activos en
su comunidad parecen muy fuertes y formidables, la armadura divina es
mucho más poderosa y capaz de resistir los ataques del demonio. Si su
audiencia considera sus palabras y usa la “armadura de Dios”, ellos serán, sin
duda, capaces de resistir los ataques del enemigo y triunfarán sobre el pecado
y el maligno.
Philip Kosloski
Artículo publicado por Píldorasdefe.net
Fuente: Aleteia