36ª Sesión del Consejo de
Derechos Humanos de la ONU
La
Santa Sede reafirma su “condena” a todas las formas de discriminación racial
contra todas las personas y “de manera particular contra las mujeres”.
Mons.
Ivan Jurkovič, Observador permanente de la Santa Sede para las Naciones Unidas
y otras Organizaciones Internacionales en Ginebra, intervino antes de ayer, 25 de septiembre de 2017, en la 36ª
Sesión del Consejo de Derechos Humanos, en el Panel de discusión sobre el
impacto de la discriminación racial en los derechos humanos de las mujeres y
las niñas.
El
diplomático de la Santa Sede declaró que el Vaticano reafirma “su firme
condena” a todas las formas de discriminación racial contra todas las personas
y “de manera particular contra las mujeres”, cuya presencia activa en la
sociedad proporciona un valor insustituible en la vida política, económica y
social.
Por
lo tanto, –continuó Mons. Jurkovič– para superar la quiebra moral del
prejuicio, es esencial poner en marcha una “verdadera solidaridad a nivel
social, nacional e internacional”, fundada en el reconocimiento de que todos
tienen igual valor humano.
Mons.
Ivan Jurkovič afirmó que en el contexto de la crisis migratoria que
atravesamos, las mujeres y las niñas se enfrentan ante todo a muchos desafíos y
dificultades y “se ven afectadas de manera desproporcionada por las formas
agravadas de racismo, discriminación racial, xenofobia y formas conexas de
intolerancia”. En varias partes del mundo, a menudo las mujeres son
infravaloradas por el solo hecho de ser mujeres. Además, su vulnerabilidad se
agrava si forman parte de una minoría nacional o étnica, religiosa y
lingüística.
La familia y las escuelas
El
Observador de la Santa Sede indicó que “la familia”, la unidad social básica de
la sociedad, “y las escuelas” desempeñan un papel fundamental en la “enseñanza
de la apertura y la aceptación de los demás”, y añadió que “el sistema
educativo debe sensibilizar sobre la igualdad en la dignidad y los derechos
fundamentales de todas las personas y la necesidad de que todas las mujeres
deben tener acceso al pleno ejercicio de sus derechos humanos”.
También
destacó el papel de las agencias gubernamentales, los medios de comunicación y
todas las partes interesadas que “deben ser alertados para evitar cualquier
tipo de estereotipo de personas por motivos de raza y sexo y deben unirse al
resto de la sociedad para defender la dignidad humana que sólo una acción
colectiva de todos los sectores de la sociedad puede proteger y promover”,
aseguró el sacerdote.
Mons.
Jurkovič recordó las palabras del papa Francisco: “El problema de la intolerancia
debe enfrentarse en todas sus formas: donde quiera que una minoría sea
perseguida y marginada por sus convicciones religiosas o su identidad étnica,
se pone en peligro el bienestar de la sociedad en su conjunto y cada uno de
nosotros debe sentirse afectado”.
ROSA
DIE ALCOLEA
Fuente:
Zenit