La
vicepostuladora sor Ángeles Infante ha impartido clases y pláticas a más de 80
obispos y de 200 presbíteros
Las
Hijas de la Caridad de san Vicente de Paúl es la institución de religiosas más
numerosa del mundo: la forman un total de 16.000 hermanas, 2.000 de las cuales
residen en España.
Su
carisma principal es el servicio a los pobres, pero desde su integración en la
sociedad. Durante el noviciado reciben una amplia formación espiritual y
teológica, con materias similares a la formación de sacerdotes en los
seminarios. De
hecho, predican frecuentemente ejercicios espirituales a sacerdotes y obispos.
En
los más treinta años que lleva en la Compañía de las Hijas de la Caridad de san
Vicente de Paúl, sor Ángeles Infante, vicepostuladora para compañía para la
causa de los santos, ha sido la predicadora de ejercicios espirituales
dirigidos a seminaristas, diáconos, sacerdotes e incluso obispos.
En
total, cerca de 300 presbíteros o aspirantes a serlo. Según ha afirmado a Religión
Confidencial, sólo dos de ellos han puesto problemas a que una mujer les
imparta estas prácticas de piedad: “No nos ayudan sus meditaciones, le
falta preparación”, le llegaron a decir.
De
hecho, la fundadora de las hermanas paúles, santa Luisa de Marillac (el
fundador fue san Vicente de Paúl) ostenta el título de la primera mujer
que predicó retiros espirituales, labor reservada por entonces, en el siglo
XVII, a los clérigos.
Primera mujer auditora
en un concilio
Y
aún hay más. En los años del Concilio Vaticano II, las Hijas de la Caridad
aportaron una revolucionaria novedad en el seno de la Iglesia: sor Susana
Guillemin, entonces hermana mayor de la compañía, pasó a la Historia como la
primera mujer auditora de un concilio.
Guillemin
no fue pionera sólo en su participación en el Vaticano. Dotada, según algunas
hermanas, de una aguda visión de futuro, sustituyó en 1965 el tradicional
hábito de corneta de las Hijas de la Caridad por el hábito más habitual
hoy en día en las religiosas. Al cabo de una década, prácticamente todas las
órdenes habían adoptado el uniforme de las vicencianas.
Sobre
el diseño, atribuido a Christian Dior, sor Ángela desmiente este dato: fueron
tres hermanas paúles las autoras del nuevo traje de la compañía. La falsa
atribución a Dior se trató de un bulo difundido por el diario francés Le
Monde.
16.000
hermanas en 94 países
Esta
es la institución de religiosas más numerosa en España, donde a día de hoy se
cuentan 2.000 hermanas y 16.000 mujeres integran las filas de la compañía
vicenciana en todo el mundo. Todas ellas reciben una formación espiritual
y teológica muy parecida a la que se imparte en los seminarios españoles.
Es
uno de los puntos fuertes de la compañía: el cultivo de la teología en las
hermanas. Esta formación comienza en el seminario, como denominan a las
residencias donde las novicias dan sus primeros pasos en la institución.
Desde
hace un par de décadas, este plan de estudios se ha adaptado a la sociedad de
la que nacen las nuevas vocaciones: “Antes provenían de un entorno más rural,
pero ahora entran en la compañía jóvenes con carrera universitaria, que
han ejercido su profesión y tienen un mayor nivel académico; en cambio,
tienen una gran necesidad de profundizar en teología y en espiritualidad”,
asegura sor Ángeles.
Papel de la mujer y
vocaciones
Debido
al elevado nivel intelectual que alcanzan las hermanas vicencianas a lo largo
de su formación, comulgan con la propuesta que se le hizo al Papa Francisco
de revisar el papel de la mujer en la Iglesia; en concreto, la posibilidad
de que puedan recibir el diaconado permanente, como fue habitual en los
primeros tiempos del cristianismo.
Respecto
al número de vocaciones en la compañía, continúa el descenso en Europa al igual
que otras congregaciones religiosas, mientras que crecen por el contrario en
Asia y en África, y en concreto en India, Filipinas, Taiwán y Vietnam.
Por
contra, en Europa no hay reemplazo generacional. Por ejemplo, aunque en
España el único seminario de las Hijas de la Caridad, situado en Madrid, no
está cerrado, desde hace más de diez años recibe sólo dos nuevas vocaciones por
promoción.
“Existe una
secularización sana”
El
carisma propio de las hermanas paúles es el servicio de los más
abandonados y de los más pobres, con el objetivo de integrarlos en la sociedad.
En este sentido, las labores de las paúles han cambiado mucho: si en el siglo
XVII atendían a los remeros de los barcos y a los niños abandonados, hoy
su mayor actividad es la educativa.
A
día de hoy, la sanidad no es un ámbito en el que estén presentesporque se
trata de un derecho que garantiza el Estado a todos los ciudadanos. Aunque ya
no estén presentes en hospitales y ambulatorios, las hermanas paúles no
consideran este cambio una pérdida en su actividad. “Existe una secularización
sana, en la que la atención sanitaria ya no es un acto de beneficencia, sino un
derecho”, asegura sor Ángeles.
Sus centros
educativos dan formación primaria y secundaria a niños de entre seis y
dieciocho años. Los colegios están situados en barrios atrasados de las
poblaciones; en el caso de Madrid, en los distritos de Lavapiés, Chamberí,
Hortaleza, Carabanchel, Pacífico y Tetuán.
La
mayoría de los alumnos son inmigrantes y en algunos de sus centros, llegan a
cohabitar hasta 100 nacionalidades distintas.
Fuente:
ReligiónConfidencial