Una inspiradora historia
de solidaridad que conmueve a todo Estados Unidos
La
que ya es calificada como “la mayor inundación en la historia de Estados
Unidos”, la que dejó el paso del huracán “Harvey” en varias ciudades de Texas,
especialmente en Houston (la cuarta ciudad más grande y más rica de Estados
Unidos, capital del petróleo y la industria energética de ese país), también ha
dejado historias de heroísmo, solidaridad, inspiración y altruismo.
El
llamado de los medios, del gobernador Greg Abott, y de cientos de
organizaciones sindicales, empresariales y de servicios, así como la magnitud
de la catástrofe, han despertado “el espíritu de Texas”, mezclando personas de
todos los estratos sociales (incluyendo la comunidad de indocumentados que vive
en Houston) en las labores de rescate.
Entre
esas historias hay una que comenzó –como tantas otras– el pasado 26 de agosto,
el mismo día que la tormenta “Harvey” tocó tierra en la porción del Golfo de
México, en la costa de Texas, con vientos de hasta 215 (y rachas de 250)
kilómetros por hora.
Ese
día, cuatro panaderos mexicanos se quedaron atrapados por las inundaciones
en el interior del negocio en el que trabajan,una sucursal de la cadena de
panaderías “El Bolillo” (nombre popular mexicano para nombrar a la baguette
pequeña o pan blanco de mesa), ubicada en Houston.
Su
cautiverio por las aguas –que alcanzaron 45 centímetros en promedio en el
condado de Harris donde se ubica toda la ciudad texana (en áreas hasta metro y
medio)—duraría hasta el 29 de agosto.
Al
verse atrapados en su trabajo, los panaderos mexicanos pensaron en cómo ayudar
a las víctimas de la tormenta y utilizaron las dos toneladas de harina que
tenían en existencia (para los siguientes días) para hornear pan dulce, el cual
sería repartido entre los damnificados, una vez que ellos pudieran salir de la
sucursal de “El Bolillo”.
Cuando
se dieron cuenta de que estaban aprisionados, decidieron mantenerse ocupados y
ayudar a la comunidad, hicieron tantos panes como pudieron”, aseguró a The
Independent, Brian Alvarado, el gerente de la sucursal de Houston. Y agrego:
“Habían hecho tanto pan que los llevamos a un montón de centros de emergencia
en la ciudad para las personas afectadas por las inundaciones”.
Finalmente,
el 29 de agosto pasado, los cuatro panaderos fueron rescatados y el producto de
dos días de trabajo sin descanso se entregó entre los afectados por el huracán
“Harvey”. Pero este gesto solidario no terminó ahí. Tras salir de la sucursal
de la panadería, los cuatro panaderos de origen mexicano fueron a sus casas,
las cuales fueron seriamente afectadas por la tormenta.
Luego
de enterarse de la labor humanitaria que realizaron los panaderos atrapados por
las aguas, habitantes de Houston participaron en una colecta para ayudar a los
mexicanos y en un solo día reunieron 5 mil dólares, que serán entregados para
recompensar su trabajo
Hicimos lo que sabemos
hacer
“Nuestros
empleados perdieron autos, hogares y pertenencias”, señala la convocatoria de
la colecta, la cual se realizó a través de la plataforma gofoundme.com donde
se explica que los fondos que se reúnan serán destinados para “ayudarlos a
reconstruir sus vidas”.
Aunque
la sucursal de “El Bolillo” ha permanecido cerrada, debido a los daños causados
por las intensas lluvias dejadas a su paso (en los días que, prácticamente se
estacionó sobre Houston), los panaderos mexicanos “han continuado
trabajando para hacer pan para la gente necesitada”.
Junto
a las donaciones, en redes sociales también se han expresado cientos de
personas de origen estadounidense, quienes agradecen y aplauden el gesto de los
cuatro trabajadores que se habían quedado atrapados, en una muestra de
que no existe –entre la gente común—ningún tipo de animosidad entre
mexicanos y estadounidenses.
Los
mensajes eran del tipo “Ustedes son inspiradores”; “Muchas gracias por ir más
allá y más allá”; “Ustedes son, realmente, individuos excepcionales”…
Aunque
la colecta fue emprendida por el dueño de la panadería, Kirk Michelis, en
realidad no fue idea suya, sino de un habitante de Cincinnati, que se comunicó
con “El Bolillo” para saber si aceptaban pagos electrónicos, ya que, como
señaló esta persona en su mensaje “acabo de leer una historia acerca de su
generosidad, y quisiera donar para ayudarlos con sus pérdidas. Sus actos de
humanidad son a lo que aspiramos, y lo que anhelamos. Si existe otro medio para
donar, déjenme saberlo o, incluso, puedo enviarles un cheque”.
Desde
que la colecta inició, la gran mayoría de las donaciones que se han registrado
van de 5 a 50 dólares, pero también hay algunas de 500 dólares, de personas de
todo Estados Unidos.
Los
nombres de estos trabajadores no han sido difundidos, ya que, como explicó la
misma panadería a través de sus redes sociales, “ellos dicen una y otra vez:
‘nosotros sólo hicimos lo que sabíamos hacer, para ayudar a la gente’. Son
personas increíbles y estamos orgullosos de ellos”.
Jaime
Septién
Fuente:
Aleteia