Francisco se pregunta
“¿qué es lo que está pasando en América Latina?”, “¿en qué queda el apelativo
de continente de la esperanza?, ¿volvemos a confiar en ideologías que han demostrado
fracasos económicos y devastaciones humanas?”
En
el prólogo de un libro que analiza el proceso de independencia de América
Latina dos siglos después, el Papa Francisco denunció las "cadenas de
corrupción y violencias" que han afectado la historia de los países de la
región.
El
Santo Padre escribió el prólogo de la nueva edición del libro “Memoria, Coraje
y Esperanza. A la luz del Bicentenario de la Independencia de América Latina”,
del profesor uruguayo Guzmán Carriquiry, Vicepresidente de la Comisión
Pontificia para América Latina.
“Una
onda larga de depresión provocada por la crisis económica mundial, combinada
por cadenas de corrupción y violencias, marcaron una transición hasta nuestra
actualidad, en la que América Latina parece quedar en la zozobra y en la
incertidumbre, con estructuras políticas resquebrajadas, incrementándose
nuevamente la pobreza y ahondándose los abismos de la exclusión social para
muchos”, dice el Santo Padre.
“Nos
duele la Patria que no acoge y custodia, de hecho, a todos sus hijos.
Anhelamos, sí, la Patria Grande, pero sólo será grande cuando lo sea para
todos, y con mayor justicia y equidad”, agrega.
Francisco
se pregunta “¿qué es lo que está pasando en América Latina?”, “¿en qué queda el
apelativo de continente de la esperanza?, ¿volvemos a confiar en ideologías que
han demostrado fracasos económicos y devastaciones humanas?”.
“Necesitamos
cultivar y debatir –responde él mismo– proyectos históricos que apunten con
realismo hacia una esperanza de vida más digna para las personas, familias
y pueblos latinoamericanos”.
A
este respecto, “urge poder definir y emprender grandes objetivos nacionales y
latinoamericanos, con consensos fuertes y movilizaciones populares, más allá de
ambiciones e intereses mundanos y lejos de maniqueísmos y exasperaciones, de
aventuras peligrosas y explosiones incontrolables. Más que acomodarnos en la
indiferencia y la chatura, se nos desafía a levantar utopías de auténtica
libertad y liberación integral, sostenidas por una renovada gesta patriótica’”.
El
Papa también escribe que en sus viajes apostólicos a países latinoamericanos,
“he podido admirar nuevamente las energías de fe y sabiduría, dignidad y
solidaridad, alegría y esperanza que laten en el corazón de nuestra gente y
animan su ethos cultural”.
Por Álvaro de Juana