"Utopía de lo
neutro" va contra la dignidad de la persona. El Pontífice defendió la
familia conformada por hombre y mujer y, en el caso de la mujer sostuvo que no
debe ser “subordinada”
Sin
mencionar la teoría del género que sostiene la no existencia de una
diferencia biológica entre hombres y mujeres, el papa Francisco criticó
fuertemente las interpretaciones que anulan la diferencia sexual proponiendo
“técnicas y prácticas” que impiden el desarrollo de la “persona y de las
relaciones humanas”.
Lo
hizo en su discurso ante los participantes en la Asamblea de los miembros de la
Pontífice Academia por la Vida este jueves 5 de octubre de 2017 en el Vaticano.
Lamentó que las sociedades se quedan sin niños y los ancianos están siendo cada
vez más marginados.
Diferencia sexual
El
Papa arremetió contra la eliminación de la diferencia sexual. “En vez
de combatir las interpretaciones negativas de la diferencia sexual, que
mortifican su valencia irreductible para la dignidad humana, se quiere
cancelar, de hecho, esta diferencia, proponiendo técnicas y prácticas que
hacen que sea irrelevante para el desarrollo de la persona y de las relaciones
humanas”, expresó.
“Pero
la utopía de lo “neutro” elimina, al mismo tiempo, tanto la dignidad humana de
la constitución sexualmente diferente como la cualidad personal de la
transmisión generativa de la vida”, aseguró.
Asimismo,
arremetió contra la “manipulación biológica y psíquica de la diferencia
sexual, que la tecnología biomédica deja entrever como plenamente
disponible para la elección de la libertad – ¡mientras no lo es! – corre el
riesgo de desmantelar así la fuente de energía que nutre la alianza
del hombre y la mujer y la hace creativa y fecunda”.
El
Papa indicó que la iglesia debe estar presente y activa ante lo que se perfila
“una verdadera revolución cultural”.
En
esta perspectiva, “se trata ante todo de reconocer, justamente, los retrasos y
las carencias”.
No subordinación de la
mujer
En
este sentido, insistió en evitar la dominación de la mujer. En Colombia había
hablado del machismo y ante el foro del dicasterio por la vida describe que
menospreciar a la mujer es un atentado a la vida misma.
“Las
formas de subordinación que han marcado tristemente las historias de la mujer
deben ser abandonadas definitivamente. Hay que escribir un nuevo inicio en
el ethos de los pueblos, y esto puede hacerlo una cultura renovada de la
identidad y la diferencia”.
“La
reciente hipótesis de reapertura del camino para la dignidad de la persona
neutralizando radicalmente la diferencia sexual y por lo tanto el acuerdo del
hombre y la mujer no es justa”.
Igualmente,
lamentó el actual “materialismo tecnocrático” que se presenta como una
ilusión. “Un auténtico progreso científico y tecnológico debería inspirar
políticas más humanas”, manifestó.
Familia
Al
referirse al relato bíblico de la Creación indicó que se debe “apreciar
toda la profundidad del gesto del amor de Dios que “confía a la alianza del
hombre y la mujer la creación y la historia”.
“Esta alianza
– continuó – ciertamente está sellada por la unión de amor, personal
y fecunda que marca el camino de la transmisión de la vida a través
del matrimonio y de la familia”.
“La
alianza del hombre y de la mujer está llamada a tomar en sus manos la batuta de
toda la sociedad”, añadió.
“Esta
es una invitación a la responsabilidad por el mundo, en la cultura y la
política, en el trabajo y en la economía; y también en la Iglesia”.
“No
se trata simplemente de la igualdad de oportunidades o del reconocimiento
recíproco. Se trata, principalmente, del acuerdo de los hombres y las
mujeres sobre el sentido de la vida y sobre el camino de los pueblos.
El
hombre y la mujer no sólo están llamados a hablarse de amor, sino a hablarse,
con amor, de lo que tienen que hacer, para que la convivencia humana se realice
a la luz del amor de Dios por cada criatura”, agregó.
Hombre
y mujer son aliados – “ni el hombre solo, ni la mujer sola” – es capaz de
asumir “la responsabilidad” de la vida.
“Juntos
fueron creados, en su bendita diferencia; juntos pecaron, por su presunción de
reemplazar a Dios; juntos, con la gracia de Cristo, regresan a la presencia de
Dios, para cumplir con el cuidado del mundo y de la historia que Él les ha
confiado”.
Hombre egolatra
Francisco
lamentó la egolatría del hombre de hoy, en la búsqueda de dar sentido a su
existencia, y por consecuencia haya una “rápida difusión de una cultura
obsesivamente centrada en la soberanía del hombre -como especie e individuo- con
respecto a la realidad”.
Así
denunció una “verdadera adoración del ego, en cuyas aras se sacrifica todo,
incluyendo los afectos más queridos. Esta perspectiva no es inofensiva: dibuja
un sujeto que se mira constantemente en el espejo, hasta que llega a ser
incapaz de volver sus ojos a los demás y al mundo”.
La
propagación “de esta actitud tiene repercusiones gravísimas en todos los
afectos y vínculos de la vida (véase Laudato Si’, p.48)”.
“No
se trata, por supuesto, de negar o reducir la legitimidad de la aspiración
individual a la calidad de vida y la importancia de los recursos económicos y
de los medios técnicos que pueden favorecerla”.
Sin
embargo, Francisco afirmó: “no se puede pasar por alto el materialismo sin
prejuicios que caracteriza la alianza entre la economía y la técnica y que
trata la vida como un recurso para ser explotado o descartado en función del
poder y el beneficio”.
Tecnología
El
papa Francisco saludó a los participantes de la Asamblea Plenaria anual por la
contribución en la “profundización del conocimiento científico, antropológico y
ético”, especialmente “en el cuidado de la vida humana y de la creación,
nuestra casa común”.
El
tema de esta sesión” Acompañar la vida. Nuevas responsabilidades en la era
tecnológica” es arduo y al mismo tiempo necesario”, destacó.
El
Pontífice planteó que el “poder de la “biotecnología”, que ya permite
manipulaciones de la vida hasta ayer impensables, “plantea importantes
problemas”.
Asimismo,
aseguró que la vida tiene de frente igualmente oportunidades “en referencia a
los recientes logros tecnológicos en las ciencias”.
Por
lo tanto, invitó a intensificar “el estudio y la comparación de los efectos de
esta evolución de la sociedad en un sentido tecnológico para articular una
síntesis antropológica que esté a la altura de este desafío de época.”.
De
esta forma, pidió que la ciencia responda objetivos holísticos más amplios que
corresponda al servicio de la dignidad humana.
Ary Waldir Ramos Díaz
Fuente: Aleteia