El desafío que trata de
afrontar la Academia es el “del acompañamiento en todas las fases de la vida
humana”
El
Presidente de la Pontificia Academia para la Vida,
Mons. Vincenzo Paglia, afirmó que las políticas y acciones pro-life deben
extenderse a todas las fases de la vida y en todos los ámbitos, por lo que debe
también incidir en realidades como la situación de los refugiados o de los que
viven en situaciones de pobreza extrema: “La Academia siente la responsabilidad
de declinar el termino vida no solo en su contenido teórico, sino también en su
contenido histórico y geográfico”.
El
Presidente de la Pontificia Academia realizó, en una conferencia de prensa
pronunciada en el Vaticano, un resumen de los contenidos y objetivos de la
Asamblea General de la Pontificia Academia para la Vida que, con el tema de
“Acompañar la vida. Nueva responsabilidad en la era tecnológica”, se
desarrollará del 5 al 7 de octubre.
Mons.
Paglia señaló que con esta Asamblea General, la primera organizada por la Pontificia
Academia después de su renovación, se trata de dar respuesta a la urgencia de
“situar el foco en el significado de la vida humana, que no puede ser reducida
solo a cuanto dicen las ciencias naturales”.
“Bajo
esa luz –explicó–, será posible interpretar el destino de la persona humana, su
función en el mundo, sus relaciones, que exige la superación de la trágica
dinámica de algunos resultados de la cultura occidental”.
Mons.
Paglia señaló que “la ambición de la Academia es afrontar estos temas
conjugando el rigor científico con la sabiduría humanista, con la pasión por la
verdad y la confrontación entre diferentes competencias y visiones del mundo”.
El
Presidente de la Pontificia Academia para la Vida también habló de algunos
aspectos de la renovación, efectuada mediante la aprobación de un nuevo
Estatuto el año pasado. Indicó que esa renovación “se ha hecho efectiva con el
nombramiento de nuevos académicos, provenientes de 37 países del mundo: 4
miembros honorarios, 45 miembros ordinarios designados por el Papa Francisco,
87 miembros correspondientes y 13 jóvenes investigadores”.
Mediante
esta renovación, la Pontificia Academia busca llegar mejor a sus objetivos. “La
Academia tiene el encargo específico de ponerse al servicio de la vida humana
en todas sus fases, al mismo tiempo que amplía los temas que afronta y las
competencias que le son encargadas”, destacó Mons. Paglia.
“La
situación contemporánea exige una reflexión sobre la vida humana que tenga en
cuenta las nuevas tecnologías que han provocado un impacto en este campo, así
como los múltiples factores que inciden en las transformaciones de los
contextos sociales”.
En
la presentación de la Asamblea también intervino Mons. Renzo Pegoraro,
Canciller de la Pontificia Academia para la Vida, que subrayó que la Asamblea
“busca proporcionar luz al impacto de la tecnología sobre la vida humana en
todas sus fases desde la fecundación hasta la muerte, afrontando también los
aspectos antropológicos legales de la paternidad, los aspectos culturales
específicos de la civilización de la eficiencia y las relaciones entre
tecnología, justicia y recursos económicos”.
“Todo
aquello desarrolla relevantes y urgentes cuestiones de carácter ético que
interpelan a todos a comprender y asumir la responsabilidad que tienen con la
vida humana”.
Mons.
Pegoraro hizo hincapié en que “la potencia de la tecnología debe acompañarse
por el desarrollo del ser humano en relación con la responsabilidad, los
valores y la conciencia”, y señaló que “la Asamblea organizada por la
Pontificia Academia para la Vida se sitúa en esta perspectiva, buscando ofrecer
elementos de reflexión ética para todos aquellos que tienen esta
responsabilidad”.
Según
indicó el desafío que trata de afrontar la Academia es el “del acompañamiento
en todas las fases de la vida humana”.
La
Asamblea General tratará temas como la vida en la era de la tecnología, el reto
antropológico que supone la reproducción asistida que sitúa al hombre como un
‘objeto fabricado’, la paternidad, la cultura del descarte, la tecnología al
servicio de la justicia y el acompañamiento en el pasaje de la muerte.
Fuente:
ACI Prensa