Francisco habla claramente
de quienes fomentan “el miedo hacia los migrantes, en ocasiones con fines
políticos” denunciando que en vez de construir la paz, siembran violencia,
discriminación racial y xenofobia
Con
un deseo de “paz a todas las personas y a todas las naciones de la tierra”
inicia el Mensaje del Papa Francisco para la Jornada Mundial de la Paz 2018,
titulado “Migrantes y refugiados: hombres y mujeres que buscan la paz”.
Una
paz que es una aspiración profunda de todas las personas, asegura Francisco,
señalando que “es el deseo especialmente de aquellos que más sufren por su
ausencia”. Con esta premisa el Papa recuerda, de manera particular, a los más
de 250 millones de migrantes en el mundo que buscan un lugar “donde vivir
en paz”.
En
el Mensaje, el abrazo misericordioso del Papa “a todos los que huyen de la
guerra y del hambre, o que se ven obligados a abandonar su tierra a causa de la
discriminación, la persecución, la pobreza y la degradación ambiental”. Con
este espíritu de misericordia, el Pontífice evidencia que acoger al otro
exige un “compromiso concreto, una cadena de ayuda y de generosidad, una
atención vigilante y comprensiva, la gestión responsable de nuevas y complejas
situaciones que, en ocasiones, se añaden a los numerosos problemas ya
existentes, así como a unos recursos que siempre son limitados”. El Santo
Padre exhorta entonces a los gobernantes a ejercitar “la virtud de la
prudencia” necesaria para que sepan acoger, promover, proteger e
integrar, estableciendo medidas prácticas que, “respetando el
recto orden de los valores”, ofrezcan a los ciudadanos los bienes materiales y
espirituales necesarios, garantizando en las comunidades el desarrollo armónico.
El
Pontífice reitera que conflictos armados y violencia organizada siguen causando
el desplazamiento de las poblaciones, pero no es ésta la única causa: porque
las personas, dice el Papa, también migran “por el anhelo de una vida mejor” y
con el deseo de dejar atrás la “desesperación” de un futuro imposible de
construir. Quien no puede disfrutar del derecho de construir su propio futuro,
“no puede vivir en paz”, asegura.
Francisco
habla claramente de quienes fomentan “el miedo hacia los migrantes, en ocasiones
con fines políticos” denunciando que en vez de construir la paz,
siembran violencia, discriminación racial y xenofobia. Y contrastando esta
actitud, invita a mirar las migraciones globales con mirada llena de confianza,
como oportunidad para construir un futuro de paz, para todos.
De
María Cecilia Mutual
Radio Vaticano