La Sagrada Congregación
para los Ritos y el Santo Oficio emitieron determinaciones formales
Con
el tiempo, muchos objetos religiosos que fueron bendecidos por un sacerdote
pueden romperse debido al uso. No obstante, todo católico debe mostrarles
debida reverencia y deshacerse de ellos de una forma adecuada.
ACI
Prensa explica qué es lo que se debe hacer con las imágenes, Rosarios,
crucifijos, ramas de palma u otros objetos bendecidos, que según el numeral
1171 del Código de Derecho Canónico, deben ser tratados “con reverencia” y “no
deben emplearse para un uso profano o impropio, aunque pertenezcan a
particulares”.
En
caso que los objetos no puedan ser reparados, la tradición señala que deben ser
quemados o enterrados. Si un objeto fue quemado, entonces las cenizas también
deben enterrarse.
La
tradición de devolver objetos bendecidos a la tierra proviene de la idea de que
un objeto bendecido en nombre de Dios debe regresar a Dios, del mismo modo que
una persona es enterrada.
En
1874 la Sagrada Congregación para los Ritos y el Santo Oficio emitieron
determinaciones formales sobre cuáles son los métodos de eliminación apropiados
para los objetos benditos.
Cualquier
lino, vestimenta o paño de altar debe ser quemado y las cenizas
enterradas. El agua bendita en exceso o contaminada se debe verter
directamente en el suelo. Las palmas se deben quemar y las cenizas se usan
para el Miércoles de Ceniza. Del mismo modo, un Rosario,
estatua sería enterrado.
Fuente:
ACI Prensa