Acuérdate que el
ejemplo y lo que tus hijos ven es lo que más educa
La espiritualidad en la
vida familiar es una gran herramienta para vivir con mayor plenitud y darle a
la vida un sentido trascendente.
Ahora proponemos una
serie de tips muy concretos y prácticos que pueden servir de apoyo a los padres
de familia, a los educadores, catequistas y a toda persona involucrada en la
formación integral, para “formar” esta espiritualidad en todas los miembros que
conforman la familia.
1. Revisa tus propias
creencias: Pregúntate qué tan
convencido estás de lo que crees, de lo que profesas y qué tanto lo practicas.
Pregúntate qué tipo de vida espiritual quieres para tus hijos y cómo se la vas
a dar. Acuérdate que el ejemplo y lo que tus hijos ven es lo que más educa.
¿Vas a Misa todos los domingos?, ¿Rezas frecuentemente?, ¿Tienes presencia de
Dios cotidianamente?
2. Incluye la
espiritualidad en la vida de tus hijos desde muy temprana edad. Los niños pequeños no
comprenden quién es Dios, pero si les hablas de Él, empezarán a familiarizarse
y a conocerlo. Cuéntales la Historia Sagrada a manera de cuento, háblales de la
vida de Santos, recen juntos.
3. Aprovecha las
actividades de la vida cotidiana para enseñarles a vivir una Espiritualidad
natural y espontánea. Enséñales a agradecer
todo lo que tienen: papás, amigos, abuelos, su perro, sus talentos…Enséñales a
dar a los que tienen menos, a compartir, a amar…
4. Dale la importancia
que merece a todos los eventos sagrados: Bautismo, Primera
Comunión, Confirmación… Haz hincapié en la grandeza que éstos merecen, que lo
más importante es recibir la gracia de Dios, que por lo tanto se hará un evento
bonito, alegre, con todos los amigos y familiares. Que esos momentos merecen preparación,
alegría, porque Jesús es lo mejor. Tú, como papá o mamá, tienes que estar
convencido de esto, transmitirle esa alegría, ese amor, esa importancia.
5. Apóyate en
instituciones o personas o catequistas que puedan colaborar contigo en esta
formación espiritual. Acude a tu parroquia,
donde seguramente habrá algún movimiento bien establecido que te dé todos los
elementos para lograr esto con mayor facilidad, logrando que sea atractivo.
6. Haz que sea
divertido, atractivo. Logra que les guste
realmente. Adapta la información y la formación a la edad de tus hijos.
Actualízate, que tus comentarios y ejemplos se adapten a lo que ellos viven,
oyen, perciben…Que no vean la Espiritualidad como algo del pasado y de viejitos
que no tienen relación alguna con su vida. Al contrario, que la vean como el
arma maravillosa que les da sentido a su vida.
7. Enséñales una forma
sencilla de orar. Que platiquen con Dios
como platican con un amigo. Que vean en Jesús a su confidente, a su mejor
amigo. Que reconozcan que Jesús le puede escuchar, ayudar, impulsar a ser
mejor.
8. Dale el carácter
“espiritual” a cualquier festividad religiosa. Procura hacer un
contrapeso con tanto materialismo y comercialización que presenta la sociedad.
La Navidad es importante porque nace Jesús; la Pascua lo es porque Jesús
resucita… y así en cada festividad. Llénalo de contenido espiritual sin quitar
los regalos, lo divertido, lo atractivo. Hazles saber que es bonito porque se
tiene a Dios.
9. Con los jóvenes
aprovecha sus inquietudes intelectuales, su capacidad crítica, su conducta
rebelde, para que estudien, profundicen, investiguen y finalmente se convenzan
de la grandeza de Cristo. Hay que retarlos para que ellos caigan en la cuenta
de que Cristo es quien les dará sentido a sus vidas.
10. Todo esto con un
gran amor y respeto por nuestros hijos, porque ellos son merecedores del gran
amor de Dios. Lo tienen que conocer,
sentir y amar. Como padres católicos es nuestro deber y nuestro compromiso con
Dios.
Cecilia Elizondo L.
Artículo originalmente
publicado por Desde
la fe