Por el Bautismo, al hacernos hijos de Dios, somos también hermanos y miembros de una misma familia, que es la Iglesia
Cuando el Papa Francisco insiste e insiste en que cada uno recuerde o
averigüe la fecha de su bautismo, no lo hace por casualidad. ¡Es
que ese día, seguramente sin darse cuenta, los papás regalaron a ese bebé llorón
el mejor regalo que jamás podrá tener en el resto de su vida! Un billete para la
vida eterna, un sello, una garantía, un tesoro que descubrir durante toda la
existencia
Hace un tiempo el Papa Francisco
nos exhortaba a recordar con mayor importancia la fecha de nuestro Bautismo, y a
celebrarlo tanto o más que el día de nuestro cumpleaños. Pero, ¿sabemos
realmente por qué es tan importante esta fecha? Aquí ofrezco algunas reflexiones
sobre la importancia de este sacramento.
En el mundo actual cada vez es más común escuchar
a padres (incluso católicos) que deciden no bautizar a sus hijos al nacer. Esto
obedece a que se tiene la idea de no “imponerle” a los niños un credo o
religión con la cual más tarde ellos podrían estar en desacuerdo, sino
dejarles la libertad para que más adelante, cuando tengan uso de razón, puedan
tomar esta decisión por sí mismos.
Pero si nos detenemos a pensar en el origen de
este argumento, descubriremos que en su mayoría obedece a la ignorancia frente a
la naturaleza de este sacramento. El Bautismo claramente no es una imposición de
los padres, es un regalo; y basta comparar este regalo con cualquier otro que
recibe un recién nacido: nadie le pregunta al bebé si quiere que le
regalen un juguete nuevo, simplemente se lo dan. De igual modo, cuando
el bebé enferma, los padres no le preguntan si quiere recibir la medicina, o si
está de acuerdo con que lo lleven al doctor. Simplemente lo llevan, asumiendo
así la responsabilidad de elegir lo que ellos consideran qué es mejor para su
hijo.
Si deseas profundizar el tema puedes revisar el Catecismo de la
Iglesia Católica en los numerales 1213-1284.
El Bautismo es el más hermoso regalo que un padre
puede dar a su hijo, pues del mismo modo que cuando el niño enferma se le ofrece
algo para su bienestar físico, el Bautismo otorga una medicina
espiritual, que no solo cura el pecado original, sino que llena de abundantes
frutos el corazón de quién lo recibe.
Para refrescar la memoria ofrezco algunos puntos
importantes sobre la naturaleza de este sacramento:
1. El Bautismo nos hace hijos de Dios.
Se dice que San Luis, que fue Rey de Francia, cada vez que bautizaba a
uno de sus hijos lo abrazaba fuertemente y le decía: “¡Querido hijo, hace un
momento solo eras hijo mío, pero ahora eres también hijo de Dios!” ¿Qué padre no
quisiera pues que su hijo forme parte de la familia de Dios?
2. Nos borra el pecado original.
Cualquier padre que supiera que su hijo nació con alguna dificultad, por muy
pequeña que esta fuera, buscaría el remedio y se lo proporcionaría de manera
inmediata. Todos nacemos con el pecado original, es la herencia de nuestros
primeros padres. Y aunque no hemos hecho nada para merecerla, si podemos
borrarla, y esto mediante el sacramento del Bautismo.
3. Nos hace miembros de la Iglesia.
Por el Bautismo, al hacernos hijos de Dios, somos también hermanos y
miembros de una misma familia, que es la Iglesia. Por tanto, uno de los mayores
beneficios de este sacramento es que nos da una familia.
Ojalá estas reflexiones nos ayuden a valorar el
don del Bautismo y a dar gracias a Dios por el gran regalo recibido.
Dinámica
Te sugiero investigar más sobre el día de tu
Bautismo, quién te bautizó, dónde, y si puedes, visita la Iglesia donde fuiste
bautizado y haz una oración de acción de gracias al Señor por el don de la fe
que allí recibiste.
Fuente: Catholic Link