Martirologio Romano: Fiesta de los Santos
Inocentes, mártires, niños que fueron ejecutados en Belén de Judea por el impío
rey Herodes, para que pereciera con ellos el niño Jesús, a quien habían adorado
los Magos. Fueron honrados como mártires desde los primeros siglos de la
Iglesia, primicia de todos los que habían de derramar su sangre por Dios y el
Cordero.
Breve Reseña
La consulta bien intencionada de aquellos Magos que llegaron de Oriente al rey
fue el detonante del espectáculo dantesco que organizó la crueldad aberrante de
Herodes a raíz del nacimiento de Jesús.
Habían perdido el brillo celeste que les guiaba, llegó la desorientación, no
sabían por donde andaban, temieron no llegar a la meta del arduo viaje
emprendido tiempo atrás y decidieron quemar el último cartucho antes de dar la
vuelta a su patria entre el ridículo y el fracaso.
Al rey le produjo extrañeza la visita y terror la ansiosa pregunta sobre el
lugar del nacimiento del Mesías; rápidamente ha hecho sus cálculos y llegado a
la conclusión de que está en peligro su status porque lo que las profecías
antiguas presentaban en futuro parece que ya es presente realidad. Se armó un
buen revuelo en palacio, convocaron a reunión a los más sabios con la esperanza
de que se pronunciaran y dieran dictamen sobre el escondrijo del niño
"libertador". El plan será utilizar a los visitantes extranjeros como
señuelo para encontrarle. Menos mal que volvieron a su tierra por otro camino,
después que adoraron al Salvador. Impaciente contó Herodes los días; se irritó
consigo mismo por su estupidez; los emisarios que repartió por el país no dan
noticia de aquellos personajes que parecen esfumados, y se confirma su
ausencia. Vienen los cálculos del tiempo, y contando con un margen de
seguridad, le salen dos años con el redondeo.
Los niños que no sobrepasen dos años en toda la comarca morirán. Hay que durar
en el poder. El baño de sangre es un simple asunto administrativo, aunque
cuando pase un tiempo falten hombres para la siembra, sean escasos los brazos
para segar y no haya novios para las muchachas casaderas; hoy sólo será un
dolor pasajero para las familias sin nombre, sin fuerza, sin armas y sin voz.
Unas víctimas ya habían iniciado sus correteos, y balbuceaban las primeras
palabras; otras colgaban todavía del pecho de sus madres. Pero para Herodes era
el precio de su tranquilidad.
Son los Santos Inocentes. Están creciendo para Dios en su madurez eterna. Ni
siquiera tuvieron tiempo de ser tentados para exhibir méritos, pero no tocan a
menos. Están agarrados a la mano que abre la gloria. Aplicados los méritos de
Cristo sin que fuera preciso crecer para pedir el bautismo de sangre, como
tantos laudablemente hoy son bautizados en la fe de la Iglesia con agua sin
cubrir expediente personal. El Bautismo es gracia.
Entraron en el ámbito de Cristo inconscientes, sin saberlo ni pretenderlo; como
cada vez que por odio a Dios, a la fe, hay revueltas, matanzas y guerras; en
esas circunstancias surgen mártires involuntarios, que aún sin saberlo, mueren
revestidos y purificados por la sangre de Cristo, haciéndose compañeros suyos
en el martirio; y no se les negará el premio sólo porque ellos mismo, uno a uno,
no pudieran pedirlo. En este caso es el sagrado azar providente de caer por
causa de Cristo, porque la mejor gloria que el hombre puede dar a Dios es
muriendo.
Ya el mismo Jeremías dejó dicho y escrito que "de la boca de los que no
saben hablar sacaste alabanza".
Hoy los mayores también hacen bromas en recuerdo del modo de ser juguetón y
alegre de aquellos bebés que no tuvieron tiempo de hacerlas; es buena ocasión
de hacer agradable la vida a los demás, con admiración y sorpresa, en
desagravio del mal que provocó el egoísmo de aquel que tanto se fijó en lo suyo
que aplastó a los demás.