Antes del rezo del Ángelus
dominical en la Plaza de San Pedro del Vaticano, el Papa Francisco explicó en
qué se sustenta la autoridad y el poder de Jesús que dejaron asombrados a sus
coetáneos
El
Santo Padre reflexionó este 28 de enero sobre el fragmento evangélico que
relata el día en que Jesús enseña en la sinagoga de Cafarnaúm y aquellos que le
escuchan quedan asombrados de su autoridad. “Las personas quedaron asombradas
de sus palabras, porque no eran palabras ordinarias, no se parecía a los que
solían escuchar”.
“Los
escribas, de hecho, enseñaban sin tener una autoridad propia. Se basaban en la
tradición, en aquello que antes que ellos habían dicho Moisés y los profetas.
Jesús, por el contrario, enseña como alguien que tiene autoridad, revelándose
como el Enviado de Dios, y no como un simple hombre que debe fundamentar su
enseñanza en las tradiciones precedentes. Jesús tiene autoridad”.
Además,
Jesús reforzó esa autoridad con una demostración de su poder. “Jesús se revela
poderoso también en las obras. En la sinagoga de Cafarnaúm había un hombre
poseído de un espíritu inmundo que se manifestaba gritando estas palabras:
‘¿Qué tengo yo que ver contigo, Jesús Nazareno? ¿Has venido a destruirnos? Yo
sé quién eres: ¡el santo de Dios!’”, relató.
Francisco
aseguró que mediante este exorcismo “Jesús se presenta como un profeta poderoso
en palabras y en obras”.
“Este
espíritu inmundo –continuó el Papa– conocía el poder de Jesús e incluso
proclama su santidad. Jesús le grita diciéndole: ‘¡Calla! ¡Sal de él!’. Estas
pocas palabras de Jesús bastan para obtener la victoria sobre Satanás, que sale
de aquel hombre ‘entre convulsiones y gritando fuerte’”.
El
Pontífice continuó narrando cómo “este hecho impresionó mucho a los presentes;
todos fueron presa del temor y se preguntaban: ‘¿Qué es esto? Manda a los
espíritus impuros y le obedecen’. El poder de Jesús confirma su autoridad y su
enseñanza. No solo pronuncia palabras, sino que actúa. Así manifiesta el
proyecto de Dios con palabras y con el poder de las obras”.
En
el Evangelio, de hecho, “vemos que Jesús, en su misión terrena, revela el amor
de Dios tanto mediante la predicación como mediante numerosos gestos de
atención y ayuda a los enfermos, a los necesitados, a los niños, a los
pecadores”.
Este
fragmento evangélico “nos muestra que Jesús es nuestro Maestro, poderoso en
palabras y obras. Jesús nos comunica toda luz que ilumina el camino, en
ocasiones oscuro, de nuestra existencia; nos comunica también la fuerza
necesaria para superar la dificultad, las pruebas, las tentaciones”.
“Pensemos
qué gran gracia supone para nosotros haber conocido este Dios tan poderoso y
bueno. Un maestro y un amigo que nos indica el camino y que se preocupa de
nosotros, especialmente cuando estamos necesitados”, finalizó.
Fuente:
ACI Prensa