El Pontífice con “pena y
dolor” denunció ‘injusticia de siglos’ contra los pueblos originarios. Abogó
por derechos humanos, unidad y diversidad
“La
violencia llama a la violencia aumenta la fractura y separación. La violencia
termina volviendo mentirosa la causa más justa”, expresó el papa Francisco en
relación al conflicto mapuche y quien presidió una misa masiva por el “Progreso
de los Pueblos” en el Aeropuerto de Maquehue, Temuco, este
miércoles 17 de enero de 2018.
Desde
la capital de la Región de La Araucanía, a 619 kilómetros de Santiago,
Francisco pidió de respetar los acuerdos con los pueblos originarios, si no es
“deforestar la esperanza”.
Sin
embargo, invitó a seguir el camino del diálogo, la unidad y dejar la violencia
para buscar justicia. “Es imprescindible defender que una cultura del
reconocimiento mutuo no puede construirse en base a la violencia y
destrucción que termina cobrándose vidas humanas”.
Las
palabras del líder de la Iglesia Católica son emblemáticas en la zona
chilena que ha estado en el epicentro del conflicto mapuche originado
por las demandas de la población nativa contra el Estado de Chile por la usurpación
de tierras durante los últimos 130 años.
El
Papa instó a decir “no a la violencia que destruye”, en ninguna de sus formas.
Pues, “no se puede pedir reconocimiento aniquilando al otro, porque esto lo
único que despierta es mayor violencia y división”, sostuvo.
El
Pontífice saludó muy especialmente a los pueblos originarios de la Araucanía.
En especial, se solidarizó con la situación actual del Pueblo Mapuche y la
deuda histórica que el Estado mantiene con él.
Unidad en la diversidad
reconciliada
Así,
invitó buscar el “diálogo para la unidad”. Por eso, decimos con fuerza: “Señor,
haznos artesanos de unidad”.
Y
aclaró: “La unidad pedida y ofrecida por Jesús reconoce lo que cada pueblo,
cada cultura está invitada a aportar en esta bendita tierra. La unidad es una
diversidad reconciliada porque no tolera que en su nombre se legitimen las
injusticias personales o comunitarias”.
Lo
dijo en la región con mayor índice de pobreza del país y de presencia indígena.
En Temuco, una de cada cuatro personas se declara indígena y la mayoría reside
en los sectores urbanos.
En
su tercer día de la visita oficial a Chile, Francisco viajó desde
Santiago a la ciudad de Temuco, tierra representante de las diócesis del sur
del país.
Artesanos de unidad
“La
unidad que nuestros pueblos necesitan reclama que nos escuchemos, pero
principalmente que nos reconozcamos”, manifestó. Entretanto, en el camino de la
solidaridad, instó a tejer la unidad.
El
Obispo de Roma hizo varias apreciaciones sobre la sabiduría ancestral del
pueblo Mapuche. “¡Cuánto camino a recorrer, cuánto camino para aprender!”,
expresó.
“Nos
necesitamos desde nuestras diferencias para que esta tierra siga siendo bella.
Es la única arma que tenemos contra la ‘deforestación’ de la esperanza”.
Así,
rezó para que todos los pobladores del sur chileno sean hermanos y para que
sean uno; “haznos artesanos de unidad”.
Sucesivamente, Francisco
almorzará con algunos habitantes de la Araucanía en la casa “Madre de la
Santa Cruz”, perteneciente a la Congregación de las Hermanas de la Santa Cruz,
fundada en 1844.
Acto
seguido, en la tarde, el Pontífice regresará a la capital para sostener un
encuentro con los jóvenes en el Santuario del Templo Votivo de Maipú.
La
jornada para el Papa finalizará luego de la visita que realizará a la sede
central de la Pontificia Universidad Católica de Chile hasta la cual
llegará a bordo de un auto azul de una casa automotriz coreana.
Ary Waldir Ramos Díaz
Fuente:
Aleteia






