“Oración
de calle” es el nuevo cortometraje lanzado por el sitio web Catholic-link que
habla sobre la apatía espiritual de los jóvenes en la actualidad y que propone
una clave para rezar
El
video fue dirigido por Mauricio Artieda, fundador de Catholic-link, y en la
producción colaboró Garrett Johnson, director de la edición en inglés del sitio
web.
Las
actrices que aparecen en el video, grabado en Roma (Italia), son dos
universitarias italianas llamadas Maria Sforza y Maria Chiara Barbieri y la
persona que narra la voz en off es Mabe Andrada.
En
información enviada a ACI Prensa, Artieda indicó que el corto “narra una
experiencia de sequedad espiritual muy común hoy en día, especialmente entre
los jóvenes”,
También
“invita a explorar la oración y la vida espiritual desde las propias
características personales, que son la base a través de la cual establece un
diálogo con cada persona”.
Durante
el video, se escuchan frases dirigidas a Dios como “Me frustra tu silencio,
especialmente cuando más te necesito”, “No sé cómo rezar”, “La vida espiritual
no puede ser solo para religiosos”.
El
corto propone acercarse a Dios como a un amigo y plantea: “si la
oración, como dicen, es dialogar con un amigo debe haber tantos modos de rezar,
como tipos de amistades”.
Artieda
afirmó que su inspiración para realizar el cortometraje fue un pasaje del libro
“Ven sé mi luz” de Santa Teresa de Calcuta:
“En
mi corazón no hay fe, ni amor, ni confianza, hay tantísimo dolor, el dolor del
anhelo, el dolor de no ser querida. Quiero a Dios con todas las fuerzas de mi
alma, y sin embargo, allí entre nosotros hay una terrible separación. Ya no
rezo más, pronuncio las palabras de las oraciones comunitarias y hago lo
posible por sacar de cada palabra la dulzura que tiene que dar. Pero mi oración
de unión ya no está ahí. Ya no rezo, mi alma no es una contigo, y sin embargo,
cuando estoy sola en las calles, te hablo durante horas de mi anhelo por ti”.
Santa
Teresa de Calcuta experimentó una “terrible
oscuridad y sequedad” en su vida espiritual durante 50 años. Sin
embargo, nunca dejó de amar a Jesús ni de darlo a conocer a los pobres.
POR
MARÍA XIMENA RONDÓN
Fuente:
ACI