Al incluir en una
constitución el derecho a la vida, saben que eso elimina al aborto y a la
eutanasia
Al
incluir en una constitución el derecho a la vida, saben que eso elimina al
aborto y a la eutanasia. Y no les gusta. No les gusta porque ambas atrocidades
sirven para librarse de vidas humanas que les estorban, que les echan a perder
sus planes de confort.
Hablan
de un supuesto “derecho a decidir”, pero no han podido rebatir el argumento de
que es una decisión de matar o dejar vivir a una persona en gestación. Dicen
que se trata de decidir si se es o no madre, pero la mujer es madre desde el
instante que se embaraza por la vida que inició en su vientre.
No
hay manera de defender al aborto, saben muy bien que es matar un ser humano,
una persona. No han podido demostrar que el ser recién concebido no es persona,
sus intentos de convencer a la gente de que es aceptable matarle es solamente
una serie de tentativas de adivinar cuándo eso que consideran “montón de
células” empieza a ser persona. A ninguna le atinan, porque siempre la razón
nos dirá que es desde el momento de la concepción que hay un nuevo ser humano,
diferente de su madre, aunque esté en su seno.
Tampoco
han podido demostrar que la eutanasia es algo en favor del enfermo o
incapacitado. El mundo está pleno de casos en que el haber practicado la
eutanasia ha liberado de cuidados debidos… y de costos en dinero a quienes la
obtienen para sus seres dependientes, sobre todo en estado terminal.
La facilidad con que se mata abortando sobre todo, es lo que no quieren perder, porque como digo, saben sin reconocerlo públicamente, que la vida en el seno materno es una persona que matan. Todos los argumentos a favor del aborto son fácilmente rebatibles y por eso en general no les gusta discutir el tema. Simplemente se aferran a sus dichos y posiciones pro-aborto, pero no discuten, si lo hacen pierden.
Algo
más, muchos de los que luchan contra el derecho a la vida disfrutan de enormes
negocios con los abortos, y saben que esas inmensas riquezas que ganan las
perderían. Lucran con la muerte, y no están dispuestos a dejar de hacerlo.
Constantemente
se les recuerda que sin el derecho a la vida los demás derechos humanos no
tienen sentido; los muertos no pueden disfrutar de ningún derecho. Este
argumento ni siquiera intentan rebatirlo.
Esos
“retros” que se autodenominan “progres” no intentan convencer a los Estados
nacionales de que eliminen el derecho a la vida desde la concepción hasta la
muerte natural de sus constituciones y legislaciones, saben que no tienen
argumentos. Por eso recurren a las amenazas, las represalias. No tienen ningún
recurso que obedezca a la razón.
Poner
en primer lugar de la ley el derecho a la vida desde la concepción hasta la
muerte natural, les resulta así inaceptable, no presentan argumentos pro-muerte
con razones humanitarias, porque no las tienen, no existen. Así que reconocer
ese derecho primigenio a la vida les impide liberarse de las “cargas” de
embarazos indeseados y de enfermos que atender. Así es de sencillo.
Por:
Salvador I. Reding Vidaña
Fuente:
Catholic.net