18.3.18

EL PAPA: ¿ES LA ORACIÓN UN ANTI ESTRÉS? PADRE PÍO LA ENSEÑÓ CON SABIDURÍA

Oración, pequeñez y sabiduría fueron las palabras subrayadas por Francisco durante su homilía en la tierra de Padre Pío 

El papa Francisco destacó que la oración no es una receta contra el estrés, sino un signo de amor contra la ‘autosuficiencia’ que aleja de Dios y de los sufrimientos de las personas. El Pontífice presidió este sábado 17 de marzo la misa realizada en la Plazoleta de la Iglesia de San Pío de Pietralcina en San Giovanni Rotondo, sur de Italia.

“¿O nos referimos a la oración como tranquilizantes que deben tomarse en dosis regulares para aliviar el estrés? No, la oración es un gesto de amor, es estar con Dios y traerle la vida del mundo: es una obra indispensable de misericordia espiritual”, expresó ante 30.000 fieles reunidos para acompañar a Francisco en su peregrinaje en las tierras de Padre Pío.

Antes de la Misa, visitó el Hospital “Casa Alivio del Sufrimiento”. Allí abrazó, rezó y compartió con los enfermos y sus familiares. Especialmente conmovedor fue el encuentro con los niños del Reparto de Pediatría Oncológica (cáncer). En esa línea, reiteró la importancia del legado de los “círculos de oración” iniciados por Padre Pío.

Oración

El Sucesor de Pedro destacó que para Jesús la oración no es ‘opcional’ (cf Mc 1,35); el diálogo con el Padre estaba en primer lugar”. Pues, la oración no es un tranquilizante en píldoras ocasiones contra el estrés. “¿Nuestras oraciones se parecen a las de Jesús o se reducen a llamadas de emergencia ocasionales?”

“Si queremos imitar a Jesús, comencemos donde comenzó, es decir, desde la oración”. “Debemos preguntarnos: ¿Cómo adoro Dios?”. Podemos preguntarnos: ¿los cristianos oramos lo suficiente?

Rememoró la memoria de San Pío, cincuenta años después de su partida al Cielo, “nos ayuda, porque quería dejarnos la oración. Recomendó: “Oren mucho, mis hijos, oren siempre, sin cansarse” (5 de mayo 1966).

El Obispo de Roma indicó que la oración es un diálogo libre y confiado que se hace con “toda la vida” y ante “la presenta a Dios”.

“Y si no confiamos a los hermanos, las situaciones al Señor, ¿quién lo hará? ¿Quién intercederá, quién se molestará en tocar el corazón de Dios para abrir la puerta de la misericordia a la humanidad necesitada? Es por eso que el Padre Pío nos dejó los grupos de oración.

Ellos dijeron: “Es la oración, esta la fuerza junto a todas las almas buenas, que mueve el mundo, la renovación de las conciencias, […] que cura a los enfermos, que santifica el trabajo, lo que plantea la asistencia sanitaria, que da fuerza moral […], que difunde la sonrisa y la bendición de Dios en cada languidez y debilidad “(ibid.).

Mantengamos estas palabras y preguntemos de nuevo: ¿oro? Y cuando oro, ¿puedo alabar, sé cómo adorar, puedo darle vida a Dios?”.

Pequeñez 

El Sucesor de Pedro subrayó la segunda palabra de su homilía: pequeñez. “En el Evangelio, Jesús alaba al Padre por revelar los misterios de su Reino a los pequeños”.

¿Quiénes son? “Los pequeños son aquellos que necesitan a los grandes, que no son autosuficientes, que no creen que sean autosuficientes”. Pidió de tener “un corazón humilde y abierto, pobre y necesitado, que sienten la necesidad de orar, confiarse y ser acompañado”.

“El corazón de estos pequeños es como una antena, que capta la señal de Dios”. Por lo tanto, sostuvo Dios “prefiere a los pequeños, se revela a ellos, y la forma de encontrarse con él es rebajarse, encogerse, reconocerse a sí mismo en la necesidad.

El misterio de Jesús, como vemos en la Hostia en cada Misa, es un misterio de la pequeñez, del amor humilde, y solo se puede comprender siendo pequeño y frecuentando a los pequeños”.

San Pío – dijo – llamó la pequeñez “un templo de oración y ciencia”, donde todos están llamados a ser “preservador de amor” para los demás (Discurso por el 1er aniversario de la inauguración, 5 de mayo de 1957). Así, habló del hospital de esa obra llamado: Casa de Alivio del Sufrimiento.

“En el enfermo uno encuentra a Jesús, y en el amoroso cuidado de aquellos que se inclinan sobre las heridas del prójimo”.

Sabiduría 

La tercera palabra propuesta por Francisco: sabiduría. “La verdadera sabiduría no radica en tener grandes cualidades y la verdadera fuerza no está en el poder. Los que se muestran fuertes y los que responden al mal con maldad no son sabios. La única arma sabia e invencible es la caridad”.

“San Pío luchó contra el mal a lo largo de su vida y luchó con sabiduría, como el Señor: con humildad, con obediencia, con la cruz, ofreciendo dolor por amor”, expresó.

El Papa después de la misa se trasladó para saludar a la comunidad de los frailes capuchinos y a los representantes de los fieles. Sucesivamente, volverá en helicóptero desde San Giovanni Rotondo hasta el Vaticano.

Ary Waldir Ramos Díaz

Fuente: Aleteia

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