El director de la Oficina
de Prensa del Vaticano y portavoz del Papa Francisco, Greg Burke, ha negado la
firma “inminente” de un acuerdo entre la Santa Sede y la República Popular de
China
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| El Vaticano y la bandera de China. Fotos: ACI Prensa / Flickr Osrin CC-BY-NC-2.0 |
Desde
hace algunas semanas, los rumores sobre un posible acuerdo han sido constantes,
animados además por el hecho de que se trataría de una decisión histórica y
marcaría un antes y un después puesto que a día de hoy la Santa Sede no tiene
relaciones diplomáticas con este país asiático.
En
el comunicado, Burke también apunta que “el Papa Francisco permanece en
constante contacto con sus colaboradores sobre asuntos relacionados con China y
los pasos de diálogo en curso”.
El
Global Times, que se publica en inglés y chino, dedicó su nota editorial a las
negociaciones que se llevan a cabo desde hace algunos años entre China y el
Vaticano.
Según
informó entonces la agencia internacional Reuters, en el editorial se señala
que “Beijing y el Vaticano establecerán relaciones diplomáticas tarde o
temprano… El Papa Francisco tiene una imagen positiva en el público chino. Se
espera que aliente los lazos entre China y el Vaticano para solucionar los
problemas con su sabiduría”.
Aunque
muchos aplaudieron entonces el posible cambio de rumbo en las relaciones de
ambos estados, el Obispo Emérito de Hong Kong, Cardenal Joseph Zen ze-kiun,
publicó una carta el 29 de enero en el que mostraba su tristeza y discrepancia
por este hecho.
En
la misiva que publicó en su sitio web, el Cardenal recordaba que en los últimos
días se informó que el Vaticano solicitó a dos obispos su renuncia para
permitir que prelados afines el gobierno asuman sus cargos.
En
su carta, el Purpurado decía también que “el problema no es la renuncia de los
obispos legítimos, sino el pedido de hacer espacio para aquellos ilegítimos e
incluso excomulgados”.
“¿Creería
yo que el Vaticano está vendiendo la Iglesia Católica en China? Sí,
definitivamente, si es que van en la dirección en la que están, según lo que
han venido haciendo en los últimos años y meses”, cuestionaba el Cardenal.
Las
relaciones diplomáticas entre China y el Vaticano se rompieron en 1951, dos
años después de la llegada al poder de los comunistas que expulsaron a los
clérigos extranjeros.
Desde
entonces, China únicamente ha permitido el culto católico por medio de la
Asociación Patriótica Comunista China, leal al gobierno chino, que rechaza la
autoridad de la Santa Sede en el nombramiento de obispos y en el gobierno de la
Iglesia.
Los
obispos legítimos que permanecen fieles al Papa viven una situación cercana a
la clandestinidad, permanentemente asediados por las autoridades comunistas.
Actualmente,
todo obispo reconocido por el gobierno chino debe ser miembro de la asociación
patriótica, y muchos obispos nombrados por el Vaticano que no son reconocidos o
aprobados por el gobierno chino han enfrentado persecución.
Muchos
de los obispos aprobados por el Vaticano en China se están acercando a la edad
de 75 años, cuando deben presentar su renuncia, y muchos otros han muerto,
mientras que pocos sucesores han sido nombrados, generando preguntas sobre si
el acuerdo podría estar cerca.
Fuente:
ACI Prensa






