El Papa Francisco también
invitó a los participantes en la conferencia sobre medicina regenerativa a
reflexionar sobre cuatro verbos: prevenir, reparar, tratar y preparar el futuro
Imagen referencial / Foto: Pixabay (Dominio Público) |
La
Iglesia elogia las investigaciones, pero a la vez recuerda que existe una
responsabilidad ética que la ciencia debe respetar por el bien de la humanidad,
afirmó este sábado el Papa Francisco.
En
su discurso, el Santo Padre afirmó que “la ciencia es un medio poderoso” que
está ayudando a comprender mejor la naturaleza y la salud humana, con
tecnologías sofisticadas que incluso permiten “la modificación de nuestro
propio ADN”.
“En
este contexto, es esencial que aumente nuestra conciencia de la responsabilidad
ética hacia la humanidad y el ambiente en el que vivimos”, advirtió durante una
audiencia con los participantes de la Conferencia Internacional sobre Medicina
Regenerativa promovida por el Pontificio Consejo para la Cultura.
“Al
mismo tiempo que la Iglesia elogia todos los esfuerzos de investigación y
aplicación encaminados a la atención de las personas que sufren, recuerda
también que uno de los principios básicos es que ‘no todo lo que es
técnicamente posible o factible es por esa misma razón éticamente aceptable’”,
afirmó.
En
ese sentido, Francisco recordó que la ciencia, como cualquier otra actividad
humana, “tiene límites que se deben respetar por el bien de la humanidad, y necesita
un sentido de responsabilidad ética. La verdadera medida del progreso, como
recordaba el beato Pablo VI, es la que tiene por objeto el bien de todos los
hombres y de todo el hombre”.
Cuatro verbos
En
su discurso, el Papa Francisco también invitó a los participantes en la
conferencia sobre medicina regenerativa a reflexionar sobre cuatro verbos:
prevenir, reparar, tratar y preparar el futuro.
Sobre
el primero, señaló que cada vez hay mayor conciencia de que muchos males se
evitarían “si se prestara más atención al estilo de vida que asumimos y a la
cultura que promovemos”.
En
ese sentido, se refirió al impacto “que el humo, el alcohol o las sustancias
tóxicas halladas en el aire, el agua y el suelo tienen sobre la salud humana”,
e indicó que “un alto porcentaje de tumores y otros problemas de salud en los
adultos se pueden evitar a través de medidas preventivas tomadas durante la
infancia”.
Por
ello, dijo que se requiere “una acción global y constante”, pero que “no se
puede delegar en instituciones sociales y gubernamentales, sino que exige el
compromiso de cada uno. Por lo tanto, es urgente que se difunda una mayor
sensibilidad en favor de una cultura de la prevención como primer paso hacia la
protección de la salud”.
Sobre
el segundo verbo, “reparar”, Francisco destacó el esfuerzo científico por
descubrir y difundir nuevos tratamientos, especialmente para “enfermedades
raras, autoinmunes, neurodegenerativas y muchas otras”.
Dijo
que el progreso en la investigación celular y la medicina regenerativa “ha
permitido alcanzar nuevas metas en las técnicas de reparación de los tejidos y
en las terapias experimentales, abriendo un capítulo importante en el progreso
científico y humano, incluido en vuestra conferencia con dos términos: reparar
y curar”.
En
ese sentido, afirmó que “cuanto mayor sea nuestro compromiso en favor de la
investigación, tanto más estos dos aspectos serán relevantes y efectivos,
permitiéndonos responder de una manera más adecuada, incisiva e incluso más
personalizada a las necesidades de las personas enfermas”.
Sin
embargo, al abordar la reflexión sobre el verbo “tratar”, el Pontífice recordó
que existen límites éticos que la ciencia debe respetar por el bien del ser
humano. “Es esencial que aumente nuestra conciencia de la responsabilidad ética
hacia la humanidad y el ambiente en el que vivimos”, señaló.
Finalmente,
señaló que para “preparar” el futuro, “asegurando el bien de cada persona
humana, tenemos que actuar con una sensibilidad tanto más aguda cuánto más
potentes sean los medios a nuestra disposición”.
“Esta
es nuestra responsabilidad con el otro y con todos los seres vivos.
Efectivamente, hay necesidad de reflexionar sobre la salud humana en un
contexto más amplio, teniendo en cuenta no sólo su relación con la
investigación científica, sino también con nuestra capacidad de preservar y
proteger el medio ambiente y con la necesidad de pensar en todos, especialmente
en los que experimentan dificultades sociales y culturales que hacen precarios
tanto el estado de salud como el acceso a las curas”, indicó.
Por
tanto, dijo que pensar en el futuro significa emprender “un itinerario marcado
por un movimiento dual. El primero, anclado a una reflexión interdisciplinaria
abierta que involucre a muchos expertos e instituciones y permita un
intercambio mutuo de conocimientos; el segundo, que consiste en acciones
concretas a favor de los que sufren”.
“Ambos
movimientos requieren la convergencia de esfuerzos e ideas capaces de
involucrar a representantes de diversas comunidades: científicos y médicos,
pacientes, familias, expertos de ética y cultura, líderes religiosos,
filántropos, representantes de los gobiernos y del mundo empresarial. Me siento
particularmente feliz porque este proceso ya está en marcha, y porque
idealmente esta iniciativa una a muchos para el bien de todos”, afirmó.
Por
ello, Francisco animó a los participantes a “cultivar con audacia y
determinación los ideales que os han reunido y que ya pertenecen a vuestro
itinerario académico y cultural. Os acompaño y os bendigo; y os pido, por
favor, que recéis también por mí”.
Fuente:
ACI Prensa