El Papa terminó recordando
a los miembros del Camino que “vuestro carisma es un gran regalo de Dios para
la Iglesia de nuestro tiempo. Demos gracias a Dios por estos cincuenta años”
El Papa Francisco y Kiko Argüello. Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa |
Con
motivo del 50 aniversario de la llegada a Roma del Camino Neocatecumenal, el
Papa Francisco se reunió con 150 mil personas en el campus universitario de Tor
Vergata, Roma, este sábado 5 de mayo, en un encuentro internacional en el que
han participado fieles de 135 países.
En
el encuentro, en el que participó el iniciador, Kiko Argüello, y Cardenales y
Obispos de todo el mundo, el Santo Padre hizo el envío de 34 nuevas missio
ad gentes que evangelizarán en zonas secularizadas o con poca presencia de
la Iglesia.
En
su discurso ante los congregados, el Papa llamó la atención sobre la
importancia del número 50 en la Biblia: “Al quincuagésimo día el Espíritu del
Resucitado descendió sobre los apóstoles y manifestó la Iglesia al mundo”.
Además,
en otro lugar de la Biblia se dice que “el quincuagésimo año será para vosotros
un jubileo”. Es decir, continuó el Papa, “un año santo en el cual el pueblo
elegido habría tocado con la mano una realidad nueva, como la liberación y el
regreso de los oprimidos a casa”.
Por
lo tanto, “después de estos 50 años de Camino sería bello que cada uno de
vosotros dijese: ‘Gracias, Señor, porque realmente me has liberado; porque en
la Iglesia he encontrado a mi familia; porque en tu Bautismo las cosas viejas
han pasado y disfruto de una vida nueva; porque por medio del Camino me has
marcado el sendero para descubrir tu amor tierno de Padre’”.
En
el acto central del Encuentro, los participantes cantaron el “Te Deum” dando
las gracias a Dios por su amor y fidelidad. “Es muy bello eso –señaló Francisco–:
agradecer a Dios por su amor y por su fidelidad”.
“Con
frecuencia le damos las gracias por sus dones, por aquello que nos da, y está
bien. Pero es todavía mejor darle las gracias por aquello que es, porque Dios
es fiel en el amor”.
El
Papa recordó que la bondad de Dios “no depende de nosotros. Hagamos lo que
hagamos, Dios continúa amándonos fielmente”.
El objetivo de la misión
A
continuación, el Obispo de Roma se dirigió a las 34 nuevas missio ad
gentes y les recordó que “la misión es dar aquello que hemos recibido. La
misión es cumplir el mandato de Jesús que hemos escuchado: ‘Id y haced
discípulos en todos los pueblos’”.
En
primer lugar, el Papa reflexionó sobre el significado del verbo “ir”. “Es el
verbo de la misión”, destacó. Además, subrayó el hecho de que Jesús lo
conjugaba en plural. “El Señor no dice ‘ve tú, y luego tú…’. Él dice ‘id’,
¡juntos! El que va solo no es plenamente misionero, sino el que camina junto a
otros”.
“Caminar
juntos es un arte que se debe aprender a lo largo de toda la vida. Debemos
tener cuidado, por ejemplo, de no pisar el paso de los demás. Más bien debemos
acompañar y esperar, recordando que el camino de los demás no es idéntico al
mío”.
A
continuación, Jesús dijo “haced discípulos”. “Esa es la misión”, subrayó el
Pontífice. “No dice: conquistad, ocupad, sino ‘haced discípulos’, es decir,
compartid con los demás el don que habéis recibido, el encuentro de amor que os
ha cambiado la vida”.
“Ese
es el corazón de la misión: dar testimonio de que Dios nos ama y de que con Él
es posible el verdadero amor, aquel que nos lleva a regalar nuestra vida en
todo lugar, en la familia, en el trabajo, como consagrados, como esposos”.
El
Papa continuó: “La misión es hacerse discípulos con los nuevos discípulos de
Jesús. Es redescubrirse parte de una Iglesia discípula. Cierto, la Iglesia es
maestra, pero no puede ser maestra si antes no es discípula, así como no se
puede ser madre si antes no se es hija. Así es nuestra Madre: una Iglesia
humilde, hija del Padre y discípula del Maestro, feliz de ser hermana de la
humanidad”.
Por
último, Francisco señaló que cuando Jesús habla de hacer discípulos en todos
los pueblos “es necesario subrayar que en su corazón hay sitio para todos los
pueblos. Ninguno queda excluido. Como los hijos para un padre y una madre,
incluso aunque se sean muchos, grandes y pequeños, cada uno es amado con todo
el corazón. Porque el amor, entregándose, no disminuye, aumenta”.
“Id
así en misión, pensando en ‘jugar en casa’. Porque el Señor es de casa en todo
pueblo y su Espíritu ya se ha sembrado antes de vuestra llegada. Pensando en
nuestro Padre, que tanto ama el mundo, sed apasionados de humanidad. Amad la
cultura y las tradiciones de los pueblos, sin aplicar modelos preestablecidos”.
El
Papa terminó recordando a los miembros del Camino que “vuestro carisma es un
gran regalo de Dios para la Iglesia de nuestro tiempo. Demos gracias a Dios por
estos cincuenta años”.
Además
de las 34 nuevas missio ad gentes, el Santo Padre también envió 25
comunidades de las parroquias de Roma –que han concluido esta iniciación
cristiana– a otras de la periferia de la ciudad cuyos párrocos han solicitado
su ayuda para llamar a los alejados de la fe.
En
el encuentro también se recordó de manera especial a Carmen Hernández,
co-iniciadora del Camino Neocatecumenal junto a Kiko, fallecida el 19 de julio
de 2016.
Fuente:
ACI Prensa