Sirve para orientar
a sus fieles y demás personas de buena voluntad sobre temas que se refieren a
la sociedad civil
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La
Doctrina Social de la Iglesia (DSI) es un conjunto de principios orientados
para la relación entre la Iglesia (un pueblo – laos, en griego -, con
finalidades espirituales) y la sociedad civil (un pueblo – demos, en
griego -, con finalidades temporales).
Esos
principios no pretenden organizar un sistema sociopolítico especial, sino
ofrecer grandes puntos adecuados para ayudar a las personas a vivir de una
manera más humana y fraterna a la luz del Evangelio de Cristo.
No
compete, por lo tanto, a la Iglesia dar normas sobre un tema meramente humano o
temporal como el construir, o no, un puente en determinado barrio; sin embargo,
cabe a ella – siempre y en todo lugar – orientar a sus fieles y demás personas
de buena voluntad sobre temas que se refieren a la sociedad civil, así como a
la ética, por ejemplo, el aborto, la eutanasia, la ideología de género, la
familia, ciertos sistemas de ideas políticas radicalmente anticristianas, etc.
Esto, todo fiel católico debería (y necesitaría) saber. La libertad civil no se
confunde con “hacer lo que se entienda mejor” en el plano ético. La verdad de
la Ley natural y la Revelación no pueden menospreciarse.
Las
fuentes en las que se basa la Iglesia para cimentar la DSI son dos: la Ley
natural moral y la Revelación divina contenida en la Palabra de Dios.
1)
La Ley natural moral es la marca del creador impresa en la criatura. Es algo
lógico. Así, como en el plano físico no se puede tomar veneno, en vez de café
en la mañana, comer piedras, en lugar de comida saludable, respirar gas
carbónico, en lugar de aire puro, tampoco se puede – sin graves consecuencias –
en el plano moral, dejar de lado la religión, ni robar, matar, no vivir en
castidad, etc.
2)
La Palabra de Dios: es una sola, pero nos viene por dos canales, la Biblia y la
Tradición Divino apostólica, auténticamente interpretados por el Magisterio de
la Iglesia (cf. Catecismo de la Iglesia Católica n. 74-100).
Los
mayores documentos sociales de la Iglesia hasta hoy son:
Rerum
novarum, del papa León XIII, en 1891, trata de la situación de los
trabajadores, pero también hace una crítica a los materialismos comunista
y capitalista.
Quadragesimo
Anno, del papa Pío XI, en 1931, conmemora los cuarenta años de la Rerum
novarum y habla de la reconstrucción del Orden Social avalado por
ideologías que estaban embruteciendo al ser humano.
Mater
et Magistra, del papa san Juan XXIII, en 1961, habla de la relación entre
el cristianismo y el progreso social; Pacem in Terris, del mismo
Papa, en 1963, sobre los peligros de la guerra nuclear entre las dos grandes
potencias de entonces: Estados Unidos y Rusia (llamada Unión Soviética de las
Repúblicas Socialistas Soviéticas).
La
Constitución Gaudium et Spes, del Concilio Ecuménico (mundial)
Vaticano II, en 1965, que trató de la Iglesia en relación al mundo actual.
Populorum Progressio, del
papa beato Pablo VI, en 1967, sobre el desarrollo de los pueblos.
Octogesima Adveniens, también
de Pablo VI, en 1971, es una convocatoria a la acción de la Iglesia en el campo
social.
Laborem
Exercens, de san Juan Pablo II, en 1981, expone la doctrina católica ante el
trabajo del ser humano.
Sollicitudo
Rei Socialis, también de san Juan Pablo II, en 1987, presenta el cuidado de la
Iglesia hacia los temas sociales.
Centesimus
Annus, aún del mismo Papa, en 1991, hace una retrospectiva desde la Rerum
novarum hasta el 1989 (año de la caída del Muro de Berlín, el “Muro de la
vergüenza”, que dividió la Rusia comunista y el Occidente Capitalista) y prepara
para el nuevo milenio.
Caritas
in Veritate, del papa Benedicto XVI, en 2009, aborda, de modo preciso, el
desarrollo integral (cuerpo y alma) del ser humano y, finalmente, la Laudato
Si, del papa Francisco, en 2015, sobre una ecología integral – el ser humano
insertado en toda la obra creada.
Es muy útil, también, el Compendio de la
Doctrina Social de la Iglesia publicado, en 2004, por el Pontificio Consejo
Justicia y Paz, de la Santa Sede.
Es
lo que podría, en pocas palabras, exponer sobre la Doctrina Social de la
Iglesia.
Por Vanderlei de Lima, es
ermitaño en la Diócesis de Amparo
Fuente
Aleteia