El
arzobispo de Manila invita a los fieles a no involucrarse en ningún tipo de
batalla para ajustar cuentas. "Siguiendo a Cristo, tendréis que llevar
muchas cruces; seguir al “falso dios” elimina la cruz y promete un camino
falso"
"Si
amáis a Cristo, muchas personas os odiarán”. Es una de las declaraciones que
realizó el arzobispo de Manila, el Cardenal Luis Antonio Tagle, en la
solemnidad de Nuestra Señora del Monte Carmelo. Durante la Misa celebrada en la
Basílica Menor de San Sebastián en Manila, el cardenal además hizo hincapié en
que el camino hacia Cristo no será fácil, “especialmente en este tiempo” en el
cual – puntualizó - “Dios tiene muchos competidores".
Los falsos dioses que
atraen a los hombres
"A
veces, los que simulan ser dioses parecen atractivos y ganan más seguidores que
Cristo", dijo Tagle, reiterando que, a pesar de los ataques a la Iglesia,
“los católicos no deberían involucrarse en ningún tipo de batalla para ajustar
cuentas”. "No necesitamos pelear y no es nuestro propósito entrar en estas
discusiones, pero prepárense para ser atacados porque estamos para
Cristo", agregó el cardenal.
Según
el arzobispo de Manila, los seguidores de un "dios falso" están
cegados con promesas engañosas. "Siguiendo a Cristo, tendréis que llevar
muchas cruces; seguir al “dios falso” elimina la cruz y promete un camino
falso" explicó.
El párroco y sus fieles
Durante
la función, ha tenido lugar el asentamiento de padre Edgar Tubio como nuevo
rector de la basílica. Para la ocasión, el cardenal Tagle recordó a los fieles
que los siervos de la Iglesia también necesitan la guía del pueblo:
"Inspiren a su párroco para que se convierta en un mejor sacerdote porque,
al igual que ustedes, también nosotros somos tentados por el dios falso",
concluyó.
400 años de la Virgen del
Carmelo
Las
celebraciones de este año en honor a Nuestra Señora del Carmen han resultado
ser aún más especiales, ya que el país recuerda el 400 aniversario de la
llegada de la estatua de Nuestra Señora del Monte Carmelo en San Sebastián,
Filipinas. Llevada por los misioneros de la Orden de Agustinos Recoletos, la
Virgen del Carmelo llegó a Manila en 1618.
Originalmente,
fue custodiada por la iglesia de San Juan de Bautista de Bagumbayan. La imagen
fue después entronizada en la primera iglesia de San Sebastiano en Quiapo,
cuando el edificio abrió sus puertas en 1621. En 1991 fue coronada con el
cardenal Jaime Sin, bajo el pontificado de San Juan Pablo II.
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