La alegre conciencia de sí puede mejorar nuestra
vida y las relaciones interpersonales
El Papa Francisco invita a ser “memoriosos”, esto libra a las personas
de la tentación de los “mesianismos” y
“creerme yo el Mesías”. En otras palabras, a creernos el centro del
mundo y amargarse cuando se descubre que no es así. “Esta tentación se combate de muchos modos, pero
también con la risa”, y con una “conciencia alegre”, dijo en un
discurso a los sacerdotes y consagrados de Perú (20.01.2018).
Aprender a reírse de uno
mismo
Así, el Papa propone: “Un
lindo test espiritual es preguntarnos por la capacidad que tenemos de reírnos
de nosotros mismos. De los demás es fácil reírse, ¿no es cierto?
Sacarse el cuero, reírse, pero de nosotros mismos no es fácil”.
“Aprender a reírse de uno mismo nos da la
capacidad espiritual de estar delante del Señor con los propios límites,
errores y pecados, pero también aciertos, y con la alegría de saber que Él está
a nuestro lado”, sostiene.
Risa salva de creernos el
ombligo del mundo
El Papa indica que la risa nos ayuda a
salir de nosotros mismos y a tener el panorama de las cosas más claras: “La
risa nos salva del neopelagianismo “autorreferencial y prometeico de quienes en
el fondo sólo confían en sus propias fuerzas y en el fondo se sienten
superiores a otros”.
Reír con los demás, no de
los demás
Asimismo, el Papa corrige a aquellos que
consideran ‘buen humor’, al límite de la molestia o la persecución, reírse de
los defectos de los demás hasta ridiculizarlos en público. “¡Reíte,
rían en comunidad y no de la comunidad o de los otros. Cuidémonos
de esa gente tan pero tan importante que, en la vida, se han olvidado de
sonreír”.
Medicina para el buen humor
El Pontífice propone la medicina para el
buen humor: “Si
padre pero usted no tiene un remedio, algo (para el buen humor)… tengo dos
pastillas que ayudan mucho: una hablá con Jesús, con la Virgen en la oración.
La segunda pastilla la podés hacer varias veces al día, si necesitás sino una
sola basta: mírate al espejo, mírate al espejo. Y
¿ese soy yo?, ¿esa soy yo?. Y eso te hace reír. Y esto no es narcisismo, sino
al contrario, es lo contrario, el espejo acá sirve como cura”.
Reír para crear comunión
El Papa también insta a salir de la
fragmentación y el aislamiento pregonando alegría; esto no significa
uniformidad y pensar igual que los demás siempre. “Se nos pide ser artífices de
comunión y de unidad; que no es lo mismo que pensar todos igual, hacer todos lo
mismo”.
San Juan Bosco decía que el
verdadero signo de santidad es estar siempre alegres incluso enfrentando las
diferencias con los demás. Francisco añade: “Y
esta alegría nos abre a los demás, esa alegría no para guardarla sino
transmitirla. En el mundo fragmentado que nos toca vivir y que nos empuja a
aislarnos, somos desafiados a ser artífices y profetas de comunidad. Ustedes saben
nadie se salva solo. Y en esto me gustaría ser claro”.
Alegría está dentro y se ve
“La alegría no está en las cosas, se
encuentra en nosotros”, dijo Wilhelm Richard Wagner, compositor, director de
orquesta, poeta, ensayista, dramaturgo y teórico musical alemán del
Romanticismo. Francisco está de acuerdo, pues en varias ocasiones ha invitado a
los feligreses en sus homilías en Santa Marta o en sus discursos por el mundo a
encontrar la felicidad a través del sano realismo que está detrás de una
sonrisa, o mejor, de reír de nosotros mismos y con los demás. “No podemos
ser pastores con cara de vinagre, quejosos ni, lo que es peor, pastores
aburridos“, dijo durante en la homilía de jueves
santo en la tradicional misa crismal de 2015.
El cardiólogo a sus pacientes
aconseja ‘cero estrés’, tomarse la vida con algo de ligereza. Francisco es un
médico para el alma. Es decir, hace bien a la salud, el optimismo, el buen
humor, la ironía, los buenos momentos recordando nuestros propios errores. El
escritor inglés William Shakespeare apuntó: “El sabio no se sienta para lamentarse, sino
que se pone alegremente a la tarea de reparar el daño”. Incluso
ahora, los expertos en bullying recomiendan a la infancia y a la juventud una
sana auto befa de los propios defectos, además para tener la mente lúcida
cuando hayan ataques gratuitos que buscan ofuscar los propios méritos y
virtudes.
Ary Waldir Ramos Díaz
Fuente:
Aleteia