“Él está ‘sentado’ en el sentido de que está instalado en una posición de supremo honor y autoridad”
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Representación de Jesús junto al Padre / Foto: Wikipedia (Dominio Público) |
Si
alguna vez te has preguntado qué significa la frase del Credo “subió a los
cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre Todopoderoso”, esta noticia
te ayudará a disipar la duda
En
esta nota presentamos cinco explicaciones brindadas por los doctores de la
Iglesia San Agustín y Santo Tomás de Aquino; y por un especialista inglés en
temas eclesiales.
1.-
Estar sentado quiere decir “habitar”
En su
Sermón a los Catecúmenos sobre el Símbolo de los Apóstoles, San Agustín
explica que la expresión “estar sentado” significa “residir o habitar”.
“Y
donde se tienen las residencias, ¿se está siempre sentado? ¿Acaso uno no se
levanta, no pasea, no se acuesta? Y, sin embargo, se las llama residencias.
Pues creed así que Cristo habita a la derecha de Dios Padre”, señala el santo.
En
ese sentido, San Agustín afirma que en esa condición Jesús “es feliz y de esa
felicidad, que se llama la derecha del Padre, viene el nombre mismo de
felicidad, que es la derecha del Padre”.
“En
efecto, si lo entendemos según la carne: que está sentado a la derecha del
Padre, el Padre estará a su izquierda. ¿Acaso es justo que los coloquemos al
Hijo a la derecha y al Padre a la izquierda? Pero allí todo es derecha, porque
no hay allí miseria alguna”, dice el Doctor de la Iglesia.
2.-
Dios Padre es “incorpóreo”
En
un artículo publicado en el Catholic Herald, Stephen Bullivant, director
del Centro Benedicto XVI para la Religión y Sociedad de la Universidad de Saint
Mary en Inglaterra, indicó que mientras el Hijo tiene un cuerpo humano
glorificado, “el Padre es incorpóreo”.
Por
lo tanto, “no tiene manos ni lados para que el Hijo se siente a su lado
literalmente. Así que estamos hablando de algo simbólico”.
3.-
Expresa el poder y la autoridad de Dios
Bullivant
señaló que en varios pasajes de la Biblia esta frase se utiliza para expresar
la “intimidad con el poder y autoridad de Dios”.
Por
ejemplo, en el Evangelio según San Mateo Jesús recuerda que el Salmo 110
indica: “Dijo el Señor o a mi Señor: ‘Siéntate a mi derecha, mientras yo pongo
a tus enemigos como estrado de tus pies’” (Mt. 22,44).
En
su Carta a los Efesios, San Pablo dice lo siguiente: “La extraordinaria
grandeza del poder con que Él obra en nosotros, los creyentes, por la eficacia
de su fuerza. Este es el mismo poder que Dios manifestó en Cristo, cuando lo
resucitó de entre los muertos y lo hizo sentar a su derecha en el cielo,
elevándolo por encima de todo Principado, Potestad, Poder y Dominación, y de
cualquier otra dignidad que pueda mencionarse tanto en este mundo como en el
futuro”. (Ef. 1, 19-21).
Al
respecto, Bullivant aclaró que San Pablo no considera a “la derecha” como una
especie de lugar subordinado en el podio divino. “Más bien, afirma que Cristo
comparte precisamente el mismo poder y autoridad que el Padre”.
4.-
Cristo es plena y verdaderamente Dios como lo es el Padre
En
tercer lugar, Bullivant indica que Cristo no se “sienta” a la derecha de Dios,
Padre Todopoderoso; como lo haría un niño en salón de clase frente al profesor.
Él se sienta como lo que es: un Juez y un Rey.
“Él
está ‘sentado’ en el sentido de que está instalado en una posición de supremo
honor y autoridad”.
Como
señala Santo Tomás de Aquino en la Suma Teológica, citando a San
Juan Damasceno, “no llamamos diestra del Padre a una realidad local. ¿Cómo
conseguiría una derecha local el que no puede ser circunscrito? La derecha y la
izquierda son propias de los que están circunscritos. Llamamos derecha del Padre
a la gloria y el honor de la divinidad”.
Por
ello, Cristo está entronizado como un igual al Padre porque es “es plenamente y
verdaderamente Dios como lo es el Padre”.
5.-
Cristo hecho hombre muestra que viviremos en la bienaventuranza divina
Bullivant
destacó que Jesús está sentado a la derecha del Padre como Dios hecho hombre.
Indicó
que los Padres de la Iglesia como San Atanasio y San Gregorio Nacianceno
repetían constantemente que “Dios se hizo hombre, para que el hombre se haga
Dios”.
En
ese sentido, recordó lo que dice San Pablo en su carta a los Romanos: “Si somos
hijos, también somos herederos, herederos de Dios y coherederos de Cristo,
porque sufrimos con él para ser glorificados con él. (Rom.8, 17)”.
“Como
tal, entonces en nuestro legítimo hogar que es el cielo, viviremos en la
bienaventuranza divina, es decir, a la derecha del Padre, junto con nuestro
prójimo Jesucristo”, resaltó.
Fuente:
ACI