Guadalupe Ortiz de Landázuri nació en Madrid en 1916, estudió Ciencias Químicas y fue una de las cinco mujeres de su promoción
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P. José Carlos Martínez de la Hoz - Guadalupe Ortiz de Landázuri / Fotos: Blanca Ruíz - Opus Dei |
El
sacerdote español José Carlos Martínez de la Hoz lleva de las causas de
canonización de miembros del Opus Dei que se encuentran abiertas en España. Una
de ellas es la de Guadalupe Ortiz de Landázuri, que próximamente será
beatificada.
Según
explica el P. Martínez de la Hoz desde el fallecimiento en 1975 de Guadalupe
Ortiz de Landázuri se recibieron numerosos favores realizados por su
intercesión y por eso se decidió recopilar información sobre su “fama de
santidad”.
Posteriormente la causa pasó al Vaticano, en donde recientemente el Papa Francisco ha anunciado que será beatificada por haber intercedido en la curación milagrosa de un hombre de 76 años que tenía un tumor maligno de piel junto al ojo derecho.
Pero
además de ese milagro, el P. Martínez de la Hoz asegura que “hay muchos favores
de personas que pierden un poco la esperanza y Guadalupe les ha devuelto la paz
gracias a la paciencia que ella tenía”.
Guadalupe
Ortiz de Landázuri nació en Madrid en 1916, estudió Ciencias Químicas y fue una
de las cinco mujeres de su promoción.
Conoció
a San Josemaría Escrivá, fundador del Opus Dei, a comienzos de 1944. Según
explica el P. Martínez de la Hoz, “un domingo del año 1944 cuando estaba en
Misa en la iglesia de la Concepción, en la calle Goya de Madrid, se distrajo y
escuchó interiormente la voz de Dios que le decía que aunque tenía novio, para
ella le tenía preparada otra cosa. Salió de Misa impactada y supo que esa era
la llamada de Dios”.
“En
el tranvía de vuelta a casa, después de la Misa se encontró con Jesús Hernando
de Pablos, un amigo de su familia y le preguntó si conocía algún sacerdote para
poder hablar con él. Éste le dio el contacto de San Josemaría con quien empezó
a tener dirección espiritual”, aseguró el sacerdote.
San
Josemaría Escrivá le enseñó que se puede encontrar a Cristo en el trabajo
profesional y la vida ordinaria. “Tuve la sensación clara de que Dios me
hablaba a través de aquel sacerdote”, expresó después Guadalupe.
Según
recuerda el P. Martínez de la Hoz, “cuando Guadalupe descubre su vocación, con
23 años, tenía novio, era profesora de química y vivía con su madre. Desde
entonces estaba llena de buen humor por la íntima convicción de estar haciendo
lo que Dios quiere”.
El
19 de marzo de 1944 Guadalupe Ortiz de Landázuri entró en el Opus Dei como
numeraria, pero no se fue a vivir a un centro sino que se instaló en un piso
con su madre a la que tenía que cuidar por su avanzada edad.
Durante
sus primeros años como miembro del Opus Dei, Guadalupe trabajó principalmente
en la formación cristiana de los jóvenes en Madrid y Bilbao.
De
1950 a 1956 estuvo en México donde empezó el trabajo apostólico del Opus Dei.
Quienes la conocieron destacaron que su prioridad era cumplir la voluntad de
Dios y ayudar a cada persona.
El
sacerdote destaca de la futura beata “su sonrisa, su buen humor, su carcajada…
Era una mujer que le gustaba romper con lo trágico y que confiaba totalmente en
Dios”.
En
1956 se estableció en Roma, donde colaboró con San Josemaría en el gobierno del
Opus Dei. Después de dos años, por motivos de salud, se trasladó a España y
reemprendió la enseñanza y la investigación en ámbito científico. Concluyó su
tesis doctoral en Química.
El
P. Martínez de la Hoz destaca que lo que realmente la llevó a la santidad fue
su “dedicación a la química”, porque “era una profesora muy paciente, revisaba
sus conocimientos constantemente para dar mejor las clases. Era muy importante
la paciencia que tenía y es donde ejercitaba el buen humor”.
Al
mismo tiempo, continuó ocupándose de tareas de formación cristiana en el Opus
Dei. En todas sus acciones se refleja su anhelo de amar a Dios con su trabajo,
su amistad y una honda alegría que transmitía paz y serenidad.
El
P. Martínez de la Hoz asegura que el mensaje de Guadalupe es que “la santidad
está en lo ordinario. Se hizo santa dando clase de química, siendo una buena
profesora y eso nos dice a los demás que se puede conseguir lo mismo en la vida
ordinaria”.
“Guadalupe
vive dedicada a sus alumnos de Química, vive dedicada a las almas y
especialmente a su madre que fallece media hora después de ella. Vive entregada
a Dios y a los demás a pesar de su grave enfermedad cardiaca que al final de su
vida le imposibilita bastante”.
Como
consecuencia de una enfermedad del corazón, falleció en Pamplona (España), con
fama de santidad, el día la Virgen del Carmen en 1975. Tenía 59 años.
El
proceso sobre la vida, las virtudes y la fama de santidad de Guadalupe comenzó
el 18 de noviembre de 2001 en la Archidiócesis de Madrid y en el año 2006 pasó
a Roma.
Fuente:
ACI Prensa






