Audiencia General del miércoles, el Pontífice
reflexionó sobre el tercer mandamiento: “Fíjate en el sábado para
santificarlo”
Antoine Mekary | ALETEIA | I.MEDIA |
“Se debe distinguir entre el verdadero
descanso y la evasión, tan común en
nuestros días. Hoy se intenta evadir la realidad buscando
una diversión que
oculte nuestro descontento”, afirmó el papa
Francisco durante la Audiencia General del
miércoles 5 de septiembre de 2018 en la Plaza de San Pedro.
El Papa invitó a ver el descanso como
un día de contemplación y bendición. El
domingo es día del recuerdo de los otros días de la semana y hacer
las paces con la vida. “¡Cuánta gente que tiene la posibilidad
de divertirse y no tiene paz en la vida!”, sostuvo Francisco. “La
vida es preciosa; no es fácil, y a veces es dolorosa, pero es preciosa”.
La bendición y la alegría
requieren una apertura al bien que es un movimiento adulto del corazón.
El bien es amoroso y no se impone jamás. Es una elección.
Por este motivo, la paz
se elige, no se impone y no se encuentra por casualidad. Así,
el Papa instó a que el hombre haga las paces con lo que lo obliga
a escapar. “Es necesario
reconciliarse con la propia historia, con los hechos que no se aceptan, con las
partes difíciles de la propia existencia”.
No es cuestión de hedonismo,
sino de saborear las pequeñas cosas. Por ello, indicó que
hay personas
humildes y pobres que nos enseñan el valor de la alegría porque aprecian una
“pequeña gracia” con una “felicidad que sabría de
eternidad”.
La industria de la distracción
“La sociedad actual tiene sed de entretenimiento y vacaciones.
La industria de la distracción es muy floreciente y la publicidad muestra
el mundo ideal como un gran parque de juegos donde
todos se divierten”, advirtió.
El Papa que no sale de
vacaciones del Vaticano, sino que dedica ese tiempo a leer y meditar, al mismo
tiempo que reduce los compromisos de trabajo, expresó que “descansar realmente
no es fácil, porque hay un descanso
falso y un verdadero descanso. ¿Cómo reconocerlos?”, cuestionó.
“El concepto de vida dominante
en la actualidad no tiene el centro de gravedad en la actividad y en el
compromiso, sino en la evasión”.
Ganar dinero para divertirse,
satisfacerse. “El modelo de imagen es el de una persona exitosa que puede
permitirse espacios de placer amplios y diferentes. Pero
esta mentalidad se desliza hacia la insatisfacción de una existencia
anestesiada de entretenimiento que no es descanso, sino alienación y escape de
la realidad”.
“El hombre – continuó – nunca ha
descansado tanto como hoy, ¡sin embargo, el hombre nunca ha experimentado tanto
vacío como hoy!”.
“Las posibilidades de divertirse
son tantas: viajes, cruceros, pero no dan la plenitud del corazón. Por el
contrario, no te dan el reposo”, abundó en la predicación en idioma italiano.
El sentido del reposo
auténtico
En la predicación insistió “en el sentido
del reposo auténtico” que se encuentra en las palabras del Éxodo: “Dios hizo el
mundo en seis días, y el séptimo descansó”. Y señaló: “Ese descanso es la
alegría de Dios por su creación, que era muy buena”.
Francisco invitó a los
cristianos a dar gracias a Dios, en su día, el domingo, y en “la eucaristía”,
que significa “dar gracias”, “se encuentra el culmen de esa jornada de
contemplación y bendición, en la que acogemos la realidad y alabamos al Señor
por el don de la vida”.
Dar gracias a Dios “por su
misericordia y por todos los bienes que nos concede” en la semana que ha pasado.
“Yo les pregunto: ¿Cada
uno de ustedes se ha reconciliado con la propia historia? La
verdadera paz, de hecho, no es cambiar la propia historia, sino acogerla y
valorizarla”.
El descanso momento propicio para la reconciliación
“El reposo es también un momento propicio
para la reconciliación, para confrontarnos con las
dificultades sin escapar de ellas, para encontrar la paz y la serenidad de
quien sabe valorizar lo bueno que tiene, incluso en el lecho del dolor o en la
pobreza”, sostuvo.
Al final el Papa saludó a los
peregrinos presentes en la Plaza de San Pedro. Así, los animó “a abrir el
corazón a la Providencia divina y a descubrir la profunda verdad del Salmo: «Solo
en Dios descansa mi alma»”.
La audiencia general, concluyó
con el canto del Padre Nuestro en latín y la Bendición Apostólica.
Ary Waldir
Ramos Díaz
Fuente:
Aleteia