“Las historias de estos nuevos santos nos muestran cuán
emocionante es entregar la propia vida a Jesucristo y a la misión de su
Iglesia”
Imagen referencial / Foto: Flickr Scott Ableman (CC BY-NC-ND 2.0) |
El
Arzobispo de Los Ángeles (Estados Unidos), Mons. José Gomez, reflexionó sobre
la canonización de siete beatos que se realizará el
próximo 14 de octubre y afirmó que esto demuestra que la
santidad puede tener “muchos rostros”.
En
su reciente columna semanal, Mons. Gomez afirmó que los futuros santos
“reflejan la diversidad de papeles que se pueden desempeñar en la Iglesia: hay
un joven laico, dos religiosas, dos sacerdotes, un obispo y un papa”.
Se
trata del laico Nunzio Sulprizio, las religiosas Nazaria Ignacia de Santa
Teresa de Jesús y María Caterina Kasper, los sacerdotes Vincenzo Romano y
Francesco Spinelli, el Arzobispo Óscar Romero y el Papa Pablo VI.
El
Arzobispo de Los Ángeles señaló que “las historias de estos nuevos santos nos
muestran cuán emocionante es entregar la propia vida a Jesucristo y a la misión
de su Iglesia” y que la santidad “tiene muchos rostros”.
“Los
santos nos muestran que el propósito de nuestras vidas es ser santos, y esto es
algo que se aplica a cada uno de nosotros”, agregó.
En
ese sentido, el Prelado comentó que de este grupo de beatos, los más conocidos
son Pablo VI y Mons. Romero, pero que los otros cinco, aunque no muy conocidos,
lograron también la santidad porque “siguieron el llamado de Cristo y vivieron
vidas fascinantes, superando reveses y sufrimientos personales a fin de
difundir el reino de Dios en el tiempo y en el lugar en que les tocó vivir”.
Por
ejemplo, indicó, el P. Vincenzo Romano y P. Francesco Spinelli “nos muestran
cómo es la santidad en la vida ordinaria de un párroco”.
El
primero “Romano tenía un especial amor por los niños huérfanos y era conocido
por su hermosa expresión: ‘Haz bien lo bueno’”, mientras que el segundo
“predicó la santidad y fomentó la adoración al Santísimo Sacramento en sus
parroquias”.
Luego
el Arzobispo de Los Ángeles señaló que María Caterina Kasper perdió a su padre
a los 21 años y tuvo que trabajar como agricultora para mantener a su familia.
“Inspirándose
en el ofrecimiento de sí misma de la Santísima Virgen María a Dios, fundó las
Siervas Pobres de Jesucristo, que continúan sirviendo a los pobres en India,
Brasil, México y en partes de África, Europa y Estados Unidos”, contó.
Por
su parte, dijo, Nazaria Ignacia de Santa Teresa de Jesús vivió en México y
fundó en Bolivia “una orden religiosa para difundir lo que ella llamó ‘una
cruzada de amor’ en toda América del
Sur”.
Recordó
que ella solía decir: “Amar, obedecer y cooperar con la Iglesia en su labor de
predicar el Evangelio a toda creatura. Esa es nuestra vida, eso es lo que
somos”.
Mons.
Gomez contó que Nunzio Sulprizio quedó huérfano a una edad temprana y sufrió
maltratos por su tío materno.
“Murió
a los 19 años, soportando una larga y dolorosa lucha contra el cáncer de
huesos, que incluyó la amputación de su pierna. Durante toda su corta vida de
sufrimientos, fue conocido por su alegría y su paciencia, por ofrecerle todo a
Dios así como por tratar de dar a conocer a Jesús a los demás”, resaltó.
Mons.
Gomez afirmó que las vidas de los siete beatos son “una hermosa descripción de
lo que todos nosotros deberíamos esforzarnos por lograr. Esta es nuestra vida,
para esto fuimos creados”.
“Pero
lo que vemos en la vida de nuestros nuevos santos es que gran parte de la
‘trama’ de la santidad son cosas ordinarias. No se requieren historias
dramáticas. Con frecuencia, los santos viven calladamente, siendo conocidos
solamente por la gente de su familia y de su comunidad inmediata”, prosiguió.
“La
santidad es el trabajo silencioso de toda una vida y empieza cuando somos
jóvenes. Por lo tanto, necesitamos hacernos presentes, acompañando a nuestros
jóvenes y a nuestras familias en esta preciosa labor de formar santos”,
concluyó.
Fuente:
ACI Prensa