Ninguna
práctica del Yoga es buena, ya lo dice Padre Joseph Marie Verlinde, "id a
la India, decidle a un Indú que el yoga sólo lo practicáis para relajaros y se
reirá en vuestra cara"
El
indú sabe perfectamente, que detrás de las posturas que se adoptan para hacer
el Yoga, se honra a divinidades indúes, son posiciones de divinidades indúes.
El
objetivo de esas posturas es abrir los llamados "chakras", que son
puntos de energía que tenemos y que una vez abiertos, nos quedamos sin la
protección de Dios y es el momento en el que nos podemos infestar de
demonios." Explica el Padre Ghislain.
¿Qué
dice la Iglesia sobre la práctica del Yoga?, pues deberíamos recuperar y leer
atentamente la carta de la Congregación para la Doctrina de la Fe a los obispos
de la Iglesia Católica sobre algunos aspectos de la meditación cristiana,
tomada del libro Documentos 1966-2007, Congregación para la Doctrina de la Fe,
de la Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid MMVIII, en las páginas 458-477:
"...2.
El
contacto cada vez más frecuente con otras religiones y con sus diferentes
estilos y métodos de oración ha llevado a que muchos fieles, en los últimos
decenios, se interroguen sobre el valor que pueden tener para los cristianos
formas de meditación no cristianas. La pregunta se refiere sobre todo a los
métodos orientales1 (1 Con la expresión «métodos orientales» se entienden
métodos inspirados en el hinduismo y el budismo, como el «zen», la «meditación
trascendental » o el «yoga».
Se
trata, pues, de métodos de meditación del Extremo Oriente no cristiano que, no
pocas veces hoy día, son utilizados también por algunos cristianos en su
meditación. Las orientaciones de principio y de método contenidas en el
presente documento desean ser un punto de referencia no sólo para este
problema, sino también, más en general, para las diversas formas de oración
practicadas en las realidades eclesiales, particularmente en las asociaciones,
movimientos y grupos)" Esto es lo que nos dice entre otras muy
interesantes cosas.
El
Catecismo de la Iglesia, también deja pistas sobre la incompatibilidad de la
práctica del Yoga por los católicos: Catecismo de la Iglesia| 2289 "La
moral exige el respeto de la vida corporal, pero no hace de ella un valor
absoluto. Se opone a una concepción neopagana que tiende a promover el culto
del cuerpo, a sacrificar todo a él, a idolatrar la perfección física y el éxito
deportivo. Semejante concepción, por la selección que opera entre los fuertes y
los débiles, puede conducir a la perversión de las relaciones humanas".
El
Yoga no es sólo un sistema elaborado de posturas y de ejercicios físicos, es
una disciplina espiritual que pregona llevar el alma al samadhi, a la unión
total con el ser divino. El samadhi es el estado en el que lo natural y lo
divino se convierten en uno, el hombre y Dios llegan a ser uno sin ninguna
diferencia. Este enfoque es radicalmente contrario al Cristianismo en donde
claramente hay una distinción entre Creador y criatura, entre Dios y hombre.
En
el Hinduismo, el bien y el mal, lo mismo que el dolor y el placer son ilusorios
(Maya) y por lo tanto irreales. Vivekananda, el icono más respetado del
Hinduismo moderno, decía: "el bien y el mal son uno y lo mismo". En
el Cristianismo, la cuestión controvertida del pecado como una ofensa contra la
Santidad de Dios es inseparable para nuestra fe, porque el pecado es la razón
por la que necesitamos un Salvador. La Encarnación, la Vida, la Pasión, la
Muerte y la Resurrección de Jesús son para nosotros medios de salvación, es
decir, para liberarnos del pecado y de sus consecuencias. No podemos ignorar
esta diferencia fundamental a la hora de absorber en la Espiritualidad
Cristiana al Yoga y a otras técnicas de meditación orientales.
Se
anima a los que participan a buscar las respuestas a los problemas y cuestiones
de la vida en su mente y su conciencia en vez de buscar soluciones en la
Palabra de Dios a través del Espíritu Santo, como sucede en el cristianismo.
"Con
frecuencia, las personas que practican el Yoga, dejan de sentir el calor del
Amor de Dios o se alejan de los Sacramentos, van abandonando sus prácticas
religiosas, se podría decir que te crea un vacío. Pasas a vivir en un combate
entre la Fe y la práctica oriental."
"Hay
que renunciar a la práctica del Yoga para recuperar esa Paz que Dios nos da al
vivir los sacramentos."
"Es
posible que no me creáis –añade el Padre Ghislain- sin embargo, os diré que el
Señor no me encarga que os lo haga creer, me encarga que os lo diga...como le
contestó Santa Bernadette al cura de Lourdes que no le creía cuando le pedía
construir una capilla para la Virgen, "La Virgen no me encarga hacértelo
creer, sino decírtelo".
"Sí
os diré una cosa, las personas que practican Yoga y vienen a recibir el
Ministerio, el Señor me permite sentirlo, lo noto. Con el tiempo, el Señor me
ha ido mostrando a través de síntomas físicos, la presencia de cosas
ocultas...siento como agujas que me atraviesan las manos. De esta forma, sé que
estoy en presencia de algo oculto. En ese momento, le pregunto a la persona que
viene a mí, si practica el Yoga y la gente suele contestar que sí. Cuando rezo
sobre esas personas, noto que la oración no le llega, resbala, cae al suelo o
por los lados...no me lo invento. Las personas que se han liberado del Yoga, ya
están dando su testimonio."
"En
mi país, el Quebec, ya han quitado la religión de las escuelas y se les está
inculcando el Yoga en las escuelas...¿Cuál será el resultado de aquí unos
años?... ¡Ya se verá!. Tengamos esperanza" -acabó con una media sonrisa-.
Fuente: Defiendetufe.org