El
pontífice cerró los trabajos del Sínodo con un saludo final de agradecimiento a
los participantes y pidió renovar la misión que no termina con un
documento
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Andreas SOLARO / AFP |
“La
madre Iglesia es santa pero los hijos somos pecadores, a causa de estos pecados
la Iglesia es acusada y perseguida para ensuciarla. Es el momento de
defenderla”, dijo el papa Francisco al cerrar los trabajos del Sínodo dedicado
a los jóvenes realizado en el Vaticano este sábado 27 de octubre de 2018.
En
su saludo final, el Papa agradeció y recordó que el resultado del evento va más
allá de un “documento” y manifestó que se trató de un espacio “protegido”, no
de “la discusión de un parlamento para que el Espíritu” pudiera actuar.
El
Pontífice destacó que el Sínodo es un espacio protegido. Por ello, la
“información que se da es general, no lo mas particular, los nombres, los modos
de decir las cosas. Este ha sido un espacio protegido. No nos olvidemos de
esto. El Espíritu Santo que trabajo aquí”.
En
segundo lugar, explicó que el resultado del Sínodo va más allá de un documento.
“Yo no sé si este documento afuera hará algo. Pero, si sé que debe hacer en
nosotros: Debe trabajar en nosotros”.
El
obispo de Roma indicó que luego del trabajo de la comisión, el estudio y la
aprobación ahora “el espíritu nos da a nosotros el documento para que trabaje
en nuestro corazón. Somos nosotros los destinatarios del documento”.
Exhortó
a hacer “oración con el documento”. Invitó a “estudiarlo” y “pedir luz”.
En
este sentido, pidió iniciar por “nosotros”. “Si, ayudara a muchos otros mejor,
pero los primeros destinatarios somos nosotros. El Espíritu Santo hizo esto, en
torno a nosotros”.
En
tercer lugar, reflexionó en la Iglesia como madre. “Pienso en nuestra madre, la
Santa Madre Iglesia. Los últimos tres números sobre la santidad hacen ver que
nuestra madre es santa, pero los hijos somos pecadores. Pecadores todos. No
olvidar esa expresión de los padres, la iglesia santa, la madre santa, con
hijos pecadores”.
También
indicó que “a causa de nuestros pecados, siempre el gran acusador, aprovecha.
Dice el primer capítulo de Job que gira por la tierra intentando acusar. En
este momento, nos está acusando fuertemente. Y esta acusación se convierte en
persecución”.
El
Papa citó la persecución de los cristianos de Medio Oriente y rememoró la
intervención del cardenal Louis Raphaël I SAKO, Patriarca de Babilonia de los
Caldeos de la Iglesia de Iraq.
“Lo
dijo el presidente hoy, su pueblo perseguido, en Oriente, y tantas partes. Y
también existe otro tipo de persecución, acusaciones continuas, para ensuciar a
la iglesia. La iglesia no puede ser ensuciada. Los hijos sí, pero la madre no,
este es el momento de defender a la Madre, con la oración”.
Por
último, recordó que este fue el motivo por el cual había pedido a los fieles de
todo el mundo a rezar el Rosario y hacer la oración a San Miguel Arcángel. “Es
un momento difícil, porque a través de nosotros, el gran acusador quiere atacar
a la Madre, y a la Madre no se la toca”, concluyó.
Francisco
también bromeó con los jóvenes y 240 padres sinodales presentes en el aula:
“Vimos cómo se pasa de un texto mártir a una comisión mártir, la que hizo el
documento, con tanto esfuerzo y tanta penitencia”.
“Gracias
a los jóvenes que nos portaron su música acá en el aula. Música es la palabra
diplomática para decir “ruido” (risas de los asistentes).
Por
su parte el cardenal Sako en nombre de los presentes manifestó el apoyo al Papa
Francisco: “El árbol que da buenos frutos recibe el lanzamiento de tantas
piedras”, expresó en su discurso el Patriarca de Babilonia de los Caldeos,
Jefe del Sínodo de la Iglesia Caldea, Iraq.
“Santo
Padre estamos con usted, recuerde que millones de fieles rezan por usted” y
ellos “esperan un mundo de justicia y de paz”. El llamado a no olvidar a los
cristianos de Medio Oriente
Ary Waldir Ramos Díaz
Fuente:
Aleteia