Quedaban
también por delante muchas tardes a solas con el Señor, con la discreta
compañía de los que, al oír las campanas, se unían en la distancia a la
oración.
Luego
llegó la petición de los vecinos de Aldeasaz, para rezar cada quince días en la
ermita de San Isidoro.
Coincidió
con la edición del Vesperal Hispano-Mozárabe (Jorge Gibert
Tarruell y Juan Carlos Escribano López, Centre de Pastoral Litúrgica,
Barcelona, 2017) , en el que el santo explica con mucha belleza el
sentido del Oficio Vespertino.
Desde
entonces aquella ermita, que estuvo a punto de derrumbarse, ha reunido a una
preciosa comunidad que, celebrando con la liturgia de los primeros cristianos
españoles, ha rezado y ha escuchado la Palabra, se ha esforzado en trabajar
junta, y ha compartido llantos y alegrías en presencia del Señor.
En
el alfoz de Sepúlveda comenzó también los lunes una experiencia de oración,
escucha de la Palabra y vida compartida articulada en torno al Oficio de
Vísperas, que comenzó a celebrarse en varias iglesias y en casas
particulares.
Sor
Ana y Sor Teresa, Lucía, teresiana de Poveda, Isabel, Vicente y Dorita, Marcos
y Ana, Mari Carmen y Juan Carlos, junto con sus niños, alegres y revoltosos, y
muchos más se nos fueron uniendo.
Este
“grupo que busca al Señor” (Sal 24, 6) camina
hacia una experiencia de fraternidad cada vez más intensa.
Un
grupo integrado por personas que hemos optado por el campo,
deseosas de vivir la fe y transmitirla.
Un
grupo compuesto por familias y célibes, por personas de distintas edades,
procedencias y recorridos, bello en su unión y en su heterogeneidad, como bella
es la Iglesia en la unidad de la fe y en la pluralidad de formas y estilos.
Nuestros antepasados
erigieron una casa al Señor en la cima del monte; desde su torre, las
campanas llamaron a personas alejadas de la Iglesia , incluso a
algunas que aún no han recibido las aguas del bautismo.
Recuerdo
con emoción cómo Danny me explicó cómo escuchó primero las campanas, luego la
música, luego los salmos, los cánticos, el Evangelio y el silencio, para, dos
años más tarde, comenzar a llamar a Jesús “el Señor”(Flp 2,11) .
Él
lo hace todo; no hay nada más vivo y eficaz que su
Palabra desnuda, que sólo pide de nosotros que le prestemos la
voz.
Danny
fue también quien tuvo la iniciativa de que pusiera en marcha el canal de
Youtube La Cuesta iglesia para
poder seguir rezando todas las tardes, a distancia, las vísperas oficiadas en
La Cuesta y escuchar cada mañana un breve comentario del Evangelio del día.
A
través de este canal, desde hace ya ocho meses, personas de más de 20 países
“entran” diariamente en la Iglesia de La Cuesta, y en aquellas otras en las que
celebramos el oficio, para rezar con nosotros.
Hace
casi un año comenzó también la preciosa experiencia de las vísperas en San
Clemente junto con la Delegación de Juventud, pero sobre todo con los hermanos
y amigos que Dios quiso poner en nuestro camino.
Javier
y Ana, José Manuel, Elena y Andrés, Sara, Jorge y sus hijos, Charo y sus
amigas, Margarita y Javier Vírseda… Un pequeño pero precioso grupo cuyos
frutos, tras un año de orar juntos, apenas comienzan a intuirse.
Abrumados,
asistimos a cómo fueron surgiendo, prácticamente solas, iniciativas en
distintas comunidades que querían que les ayudáramos a comenzar experiencias de
oración en torno al Oficio de Vísperas.
A
lo largo de estos años, y con distinta frecuencia, las personas que nos hemos
ido comprometiendo en este proyecto hemos rezado el Oficio en La Cuesta,
Aldeasaz, Navares de Las Cuevas, Navares de Ayuso, San Marcos y El Salvador en
Sepúlveda, Pajarejos, Aldehuela de Sepúlveda, San Clemente en Segovia, la
iglesia de la VOT en La Granja, Sotosalbos, Collado Hermoso, Caballar, Cabañas
de Polendos,…
Ahora
nos disponemos a iniciar una nueva experiencia en Segovia, en la iglesia de San
Justo y siguen llegando demandas y propuestas de otras comunidades, incluso de
la cárcel de Segovia…
Al
iniciar este tercer año, un grupo de personas comprometidas con el proyecto nos
encontramos en un tiempo de discernimiento y
preparación para proponer a Don Cesar la erección canónica de una asociación
que nos ayude a desarrollar mejor esta misión y a poner en marcha nuevos
proyectos pastorales.
Queremos
estar correctamente integrados en la Iglesia de Segovia, en comunión con
nuestro obispo, comprometidos a llevar a la práctica lo dispuesto en el Plan
Diocesano de Pastoral en todo aquello en lo que podamos humildemente aportar, y
con espíritu de trabajo en equipo y colaboración con todas las comunidades
cristianas y con todos los agentes de pastoral que las sirven.
Sea
como sea, debemos estar a la escucha de lo que el Señor nos pide y darle
cumplida respuesta; Él abrirá el camino y lo recorrerá junto a nosotros.
MANE NOBISCUM, quoniam
adVESPERAScit; QUÉDATE CON NOSOTROS, porque
atardece (Lc 24, 29).
Por Gonzalo Pedroche
Fuente: Aleteia