El Pontífice invitó a la comunidad internacional a
trabajar por la dignidad de la persona y abolir la pena de muerte
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| Antoine Mekary | ALETEIA | I.Media |
El papa Francisco declaró que la pena de
muerte es una “cruel forma de castigo” y también que “las penas perpetuas son
una forma de pena de muerte encubierta”. Lo escribió en un discurso entregado a
los miembros de la Comisión Internacional contra la Pena de Muerte este lunes
17 de diciembre de 2018.
“La certeza
de que cada vida es sagrada y que la dignidad humana debe ser custodiada sin excepciones,
me ha llevado, desde el principio de mi ministerio, a trabajar en diferentes
niveles por la abolición universal de la pena de muerte”.
De hecho, el
Papa recientemente ha autorizado una nueva redacción del n. 2267 del Catecismo de la Iglesia Católica, que
expresa “ahora el progreso de la doctrina de los últimos Pontífices así como
también el cambio en la conciencia del pueblo cristiano, que rechaza una pena que lesiona gravemente la
dignidad humana”.
Una pena
“contraria al Evangelio porque implica suprimir una vida que es siempre sagrada
a los ojos del Creador y de la cual solo Dios es verdadero juez y garante”.
Por otro
lado, indicó que “el Magisterio de la Iglesia entiende que las penas perpetuas, que quitan la posibilidad
de una redención moral y existencial, a
favor del condenado y en el de la comunidad, son una forma de pena de muerte
encubierta”.
“Dios es un
Padre – continuó – que siempre espera el regreso del hijo que, sabiendo que se
ha equivocado, pide perdón e inicia una nueva vida. A nadie, entonces, puede
quitársele la vida ni la esperanza de su redención y reconciliación con la
comunidad”.
Por ello,
invitó a la comunidad internacional a
asumir un compromiso a favor de la vida. “El derecho soberano de todos los
países a definir su ordenamiento jurídico no puede ser ejercido en
contradicción con las obligaciones que les corresponden en virtud del derecho
internacional ni puede representar un obstáculo al reconocimiento universal de
la dignidad humana”.
En el texto,
acepta que incluso “en el Estado Pontificio
se ha recurrido a esta forma inhumana de castigo, ignorando la primacía de la
misericordia sobre la justicia”.
“En siglos
pasados, cuando se carecía de los instrumentos de que hoy disponemos para la
tutela de la sociedad y aún no se había alcanzado el grado actual de desarrollo
de los derechos humanos, el recurso a la pena de muerte se presentaba en
algunas ocasiones como una consecuencia lógica y justa”.
Es por ello,
que “en la nueva redacción del Catecismo implica asumir también nuestra
responsabilidad sobre el pasado y reconocer que la aceptación de esa forma de
castigo fue consecuencia de una mentalidad de la época, más legalista que
cristiana, que sacralizó el valor de leyes carentes de humanidad y
misericordia”.
“La Iglesia no podía permanecer en una posición
neutral frente a las exigencias actuales de reafirmación de la dignidad
personal”, escribe el Papa.
“La reforma
del texto del Catecismo en el punto dedicado a la pena de muerte no implica
contradicción alguna con la enseñanza del pasado, pues la Iglesia siempre ha
defendido la dignidad de la vida humana”.
Sin embargo,
aclara, “el desarrollo armónico de la doctrina impone la necesidad de reflejar
en el Catecismo que, sin perjuicio de la gravedad del delito cometido, la
Iglesia enseña, a la luz del Evangelio, que la pena de muerte es siempre
inadmisible porque atenta contra la inviolabilidad y la dignidad de la persona”.
Además volvió
“a llamar la atención sobre las ejecuciones extrajudiciales, sumarias o
arbitrarias, que son un fenómeno lamentablemente recurrente en países con o sin
pena de muerte legal”.
Precisamente, el
líder de la Iglesia Católica en varias ocasiones ha alzado su voz contra la
pena capital – incluido un discurso sobre su abolición
ante el Congreso de los Estados Unidos, el 24 de septiembre de 2015 – pues
considera con certeza de que la vida es sagrada y que la dignidad humana debe
ser custodiada sin excepciones.
Asimismo, ha
enviado misivas a la Asociación Internacional de Derecho Penal y a la
Asociación Latinoamericana de Derecho Penal y Criminología, del 30 de mayo de
2014. Y ha profundizado sobre el argumento en su alocución ante las
cinco grandes asociaciones mundiales dedicadas al estudio del derecho penal, la
criminología, la victimología y las cuestiones penitenciarias, del 23 de
octubre de 2014.
Ary Waldir Ramos Díaz
Fuente:
Aleteia






