En la
audiencia al Cuerpo diplomático acreditado en la Santa Sede,
reconoce "un espíritu generoso de solidaridad y caridad
cristiana" de Colombia en favor de los migrantes de Venezuela
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Antoine Mekary | ALETEIA | I.Media |
El papa Francisco ha citado hoy varios
países auspiciando paz y reconciliación entre otros, en Venezuela, Nicaragua y
en Oriente Medio; Siria e Iraq, durante la audiencia al Cuerpo diplomático
acreditado en la Santa Sede.
Ante 183 embajadores acreditados
en la Santa Sede, reafirmó que la misión de la Sede de Pedro “no busca
interferir en la vida de los estados, sino que su pretensión no es otra que la
de ser un observador atento y sensible de las problemáticas que afectan a la
humanidad”.
El Obispo de
Roma instó a favorecer “la edificación de sociedades pacíficas y reconciliadas”
y, en este sentido, citó a “la amada Nicaragua, cuya situación
sigo de cerca, con el deseo de que las distintas instancias políticas y
sociales encuentren en el diálogo el camino principal para empeñarse por el
bien de toda la nación”.
Asimismo,
señaló que “el buen político no debe ocupar espacios, sino que debe poner en
marcha procesos; está llamado a hacer prevalecer la unidad sobre el conflicto,
que tiene como base «la solidaridad, entendida en su sentido más hondo y
desafiante»”
Francisco
lamentó “las tendencias populistas y nacionalistas”, la reaparición
de corrientes semejantes a estas produce “una crisis de credibilidad de
la política internacional y una creciente marginación
de los miembros más vulnerables de la familia de las naciones”.
Así pues,
consideró importante “que en la actualidad no falte tampoco la voluntad de un
diálogo sereno y constructivo entre los estados”.
Además denunció
el “resurgir de tendencias nacionalistas que minan la vocación
de las organizaciones internacionales de ser un espacio dediálogo y
encuentro para todos los países”.
Igualmente
evidenció el mal estado de la política en varios países como “resultado de la
evolución de las políticas nacionales, condicionadas cada vez con mayor
frecuencia por la búsqueda de un consenso inmediato y sectario,
en lugar de buscar pacientemente el bien común con respuestas a largo plazo”.
En su denso
discurso al cuerpo diplomático, subrayó las “nuevas formas de colonización
ideológica” que a menudo “no respetan la identidad, la dignidad y la
sensibilidad de los pueblos”. Al mismo tiempo, explicó están detrás de “la
creciente preponderancia de poderes y grupos de interés en los
organismos internacionales”.
Indicó que
“entre globalización y localismo” se “produce siempre una tensión”.
Por tanto, invitó a “poner atención a la dimensión global sin
perder de vista lo que es local”. Esto para que no “resurjan los nacionalismos”.
En varios
puntos de su discurso citó a su predecesor, Pablo VI, para señalar el “primado
de la justicia y del derecho” que no se sobrepone “por la fuerza, la
arrogancia, la violencia, la guerra y ni siquiera, por el miedo o el engaño”.
Instó a que los
políticos escuchen a sus pueblos, pero manifestó su preocupación por la
“tendencia a hacer prevalecer y a perseguir los intereses de cada nación” sin
recurrir a “los Tribunales internacionales”, cuando hay disputas.
Reconoció que
“la buena política está al servicio de la paz, porque hay una
íntima relación entre la buena política y la pacífica convivencia entre pueblos
y naciones. La paz no es nunca un bien parcial, sino que abraza a todo el
género humano”.
El Pontífice
mencionó también a Colombia como ejemplo de solidaridad en la acogida de
migrantes que desde Venezuela llegan al país fronterizo.
“No puedo dejar
de agradecer los esfuerzos de muchos gobiernos e instituciones que, impulsados
por un espíritu generoso de solidaridad y caridad cristiana, colaboran
fraternamente en favor de los migrantes”.
“Entre estos,
me gustaría mencionar a Colombia, que, junto a otros países del
continente, en los últimos meses ha recibido a un gran número de personas de
Venezuela”.
Al mismo
tiempo, dijo estar “consciente de que las olas migratorias de estos años
han causado desconfianza y preocupación entre la población de muchos
países, especialmente en Europa y América del Norte, y esto ha llevado a varios
gobiernos a limitar en gran medida los flujos entrantes, incluso los de
tránsito”.
Sin embargo,
manifestó, “creo que no es posible dar soluciones parciales a una cuestión tan
universal. Las emergencias recientes han demostrado que se necesita una
respuesta común, coordinada por todos los países, sin prevenciones y
respetando todas las instancias legítimas, tanto de los Estados como de los
migrantes y refugiados”.
Al final, el
Pontífice saludó uno a uno a los embajadores representantes de los Estados que
actualmente tienen relaciones diplomáticas con la Santa Sede, junto a sus
esposas. “A través de ustedes, quiero hacer llegar mi cercanía a los pueblos
que representan, junto a mi deseo de que el año que comienza traiga paz y
bienestar a todos los miembros de la familia humana”.
Ary Waldir Ramos Díaz
Fuente: Aleteia