11.2.19

HISTORIA Y EXPLICACIÓN DE LA LETANÍA LAURETANA (Final)

En honor de nuestra Madre Santísima, es la más popular de todas las Letanías, llamada así porque se usó por primera vez en el Santuario de Loreto


CORDERO DE DIOS QUE QUITAS EL PECADO DEL MUNDO -

PERDÓNANOS, SEÑOR -- ESCÚCHANOS, SEÑOR --- TEN PIEDAD Y MISERICORDIA DE NOSOTROS

La Iglesia cierra las Letanías de la Virgen, como las ha comenzado, esto es, invocando a Dios que es la fuente de toda gracia, principio y último fin de todas las cosas.

La Iglesia nos enseña a invocar a Dios hecho Hombre, Jesucristo, bajo la figura y el nombre de CORDERO, símbolo con el cual el Redentor se presentó al mundo. Ya el Profeta Isaías veía en Cristo al Cordero manso que se dejaría inmolar por los pecados de los hombres, sin un gemido, sin un lamento.

"Como cordero será conducido al matadero" ...

El cordero es despreciado por su corto entendimiento, ¿cómo puede en este punto representar a nuestro Señor Jesucristo, Sabiduría del Padre?. El escogió este símbolo para enseñarnos la humildad y manifestarnos el amor que siente por nosotros. El amor que Jesús nos tuvo fue tal que ocultó su Sabiduría y ciencia Divinas; por esto quiso ser representado por el cordero.

San Juan Bautista queriendo dar a conocer el oficio principal y la característica del Mesías, lo señala con las palabras: "He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo" (Juan 1, 29)

San Pedro nos dice de que modo y a que precio, borró Jesús el pecado del mundo: "Habéis sido rescatados con la Sangre preciosa de Jesucristo" (1ª Pedro 1, 18.20)

Esta Sangre de valor Infinito añade San Pablo, Cristo la derramó y nosotros fuimos redimidos y (1. S.J. 2, 2) " ... se hizo propiciación por nuestros pecados ... y por todos los del mundo ..." El aplica sus méritos por medio de la Iglesia ... de los Sacramentos ... el Sacrificio de la Misa ... y las indulgencias.

PERDÓNANOS, SEÑOR.-

Perdónanos nuestros pecados. ¿Cómo podríamos esperar el perdón si el Cordero Divino no nos lo hubiese alcanzado, merecido y conquistado?

El pecado mortal es un desprecio a la autoridad y a la Majestad de Dios, es un exceso de ingratitud a los beneficios divinos y es ingratitud también a los beneficios de la gracia, al perdón de las culpas pasadas, al amor Infinito y Misericordioso de Dios y al amor maternal de María Santísima.

Para llenar el abismo del pecado se requería el mérito y las satisfacciones del Cordero de Dios. No puede ser sino obra de Dios. Sólo El puede perdonar los pecados.

Esta invocación encierra una lección práctica muy importante para nosotros, pues parece decirnos: ¿Quieres tú la gracia del perdón? Nada mejor puedes hacer que volverte suplicante al Cordero de Dios, pero recuerda al mismo tiempo que tú debes ser cordero también, manso y clemente, que por el ejemplo de Cristo y por su amor debes perdonar y olvidar las ofensas recibidas, sólo así podrás obtener el perdón.

El Cordero de Dios perdona nada más a los corderos.

ESCÚCHANOS, SEÑOR.

Con la súplica a Jesucristo para que nos escuche, pedimos a Dios que nos otorgue todas aquellas gracias que necesitamos, todos los bienes que El nos enseñó a pedir en el Padre Nuestro ... la perseverancia final, gracia decisiva sin la cual todas las demás son inútiles.

Se añade SEÑOR, para hacernos comprender la grandeza de Aquel que nos concede el perdón y se complace en oír nuestras oraciones y peticiones y para agradecerle tantos beneficios recibidos.

TEN PIEDAD DE NOSOTROS.

La última palabra que en esta Letanía nos pone la Iglesia es la misma con la que quiso que comenzáramos.

Por: Redacción Mercaba

Fuente: www.mercaba.org 

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