Cristo vive, no es una figura que pasó, que
existió en un tiempo y que se fue
Jesús, ¡has
resucitado! Ya lo habías dicho.
Pero la Resurrección
superaba totalmente a los apóstoles. Tras la Transfiguración les dices que
"a nadie contasen lo que habían visto, hasta que el Hijo del Hombre
resucitara de entre los muertos. Ellos retuvieron estas palabras, discutiendo
entre sí qué era lo de resucitar de entre los muertos." (Marcos
9,9-10). "Tan imposible les parece la cosa que, incluso puestos ante la
realidad de Jesús resucitado, los discípulos dudan todavía: creen ver un
espíritu. «No acababan de creerlo a causa de la alegría y estaban
asombrados" (Lucas 24, 41).
Tomás conocerá la misma
prueba de la duda y, en su última aparición en Galilea referida por Mateo,
"algunos sin embargo dudaron" (Mateo 28, 17). Por esto, la hipótesis
según la cual la resurrección habría sido un "producto" de la fe (o
de la credulidad) de los apóstoles no tiene consistencia. Muy al contrario, su
fe en la Resurrección nació -bajo la acción de la gracia divina- de la
experiencia directa de la realidad de Jesús resucitado (C. I. C.- 644).
¡Has resucitado! Luego eres
realmente Dios. Se ha cumplido lo que habías dicho. Tu madre no ha ido al
sepulcro. Ella sí creía en tus palabras. Sabía que era necesario que murieras
primero para poder resucitar y enviarnos al Espíritu Santo. Ella, la Esposa de
Dios Espíritu Santo, fue la primera en creer. Y es bienaventurada porque creyó
"sin haber visto"(Juan 20, 29).
Cristo
vive
Esta es la gran verdad que
llena de contenido nuestra fe. Jesús, que murió en la cruz, ha resucitado, ha
triunfado de la muerte, del poder de las tinieblas, del dolor y de la angustia.
"No temáis", con
esta invocación saludó un ángel a las mujeres que iban al sepulcro; "no
temáis; vosotras venís a buscar a Jesús Nazareno, que fue crucificado: ya
resucitó, no está aquí".
El tiempo
pascual es tiempo de alegría, de una alegría que no se limita a esa época del
año litúrgico, sino que se asienta en todo momento en el corazón del cristiano.
Porque Cristo vive: Cristo no es una figura que pasó, que existió en un tiempo
y que se fue, dejándonos un recuerdo y un ejemplo maravillosos. No: Cristo
vive. Jesús es el Emmanuel: Dios con nosotros. Su Resurrección nos revela que
Dios no abandona a los suyos. (Es Cristo que pasa.-102).
Jesús, estás
vivo. "Esta es la gran verdad que llena de contenido nuestra fe". La
vida cristiana no consiste en seguir unas palabras más o menos profundas, en
tener unos sentimientos más o menos solidarios con los demás hombres, o en
realizar una serie de actos externos más o menos distraídos o emocionantes.
"No, Cristo vive". Y ser cristiano es, precisamente, vivir tu vida:
una vida de hijos de Dios por la gracia, que nace con el
Bautismo y se refuerza con los demás sacramentos, con la oración y las buenas
obras. El tiempo pascual es un tiempo de alegría: Alegraos, pues la alegría es
propia de los hijos de Dios.
Por: Pablo Cardona
Fuente:
Encuentra.com






