Porque la familia es lo más
valioso que tenemos, debemos cuidarla
¿Qué
podemos hacer de manera práctica para cuidar el tesoro de la familia? La clave
es fortalecerla para convertirla en una comunidad sólida, luminosa y alegre que
atraiga e invite a vivir un apasionante proyecto de vida.
Alimentar el amor de los padres
El
mejor regalo que un padre puede hacer por sus hijos es amar a su madre, y una
madre amar al padre de sus hijos. Incluso aun cuando por alguna circunstancia
de la vida haya una situación de separación entre ellos, es esencial que exista
una buena relación.
El
amor es lo que fortalece a la familia. Un padre ama a sus hijos amando a su
cónyuge. Los hijos necesitan muchas cosas, pero hay una que es
fundamental y es respirar, alimentarse y vivir del amor de sus padres.
Darle tiempo a la familia
La
vida se compone de tiempo y si no se le entrega tiempo a la familia, se pierde
el gozo profundo y cercano de vivir el amor con los seres queridos. Hay muchos
hijos que pasan mucho tiempo solos y se sabe que la buena crianza no se puede
dar en soledad.
Hacer
actividades juntos y ofrecer tiempos exclusivos pueden hacer una gran
diferencia como por ejemplo llevar a un hijo a hacer las compras o preparar
algo especial en el día de su cumpleaños. Los tiempos de exclusividad nunca se
olvidan y permanecen para siempre.
Practicar la solidaridad en familia
Hacer
actos de solidaridad en familia es una manera de cuidarla. Más allá de hacer un
bien al involucrarse en una buena causa donde siempre se aprenden valores, une
mucho a la familia hacer el bien juntos. Es una manera enriquecedora de
desarrollar la vida familiar.
Da
mucha satisfacción alimentar obras buenas donde cada uno tiene un rol y
descubre dones y habilidades propias que poniéndolas al servicio de la
comunidad pueden llevar a concretar resultados positivos y proporcionar un
mejor ambiente tanto dentro y como fuera del hogar.
Rezar en familia
Darle
a Dios un espacio en la familia alimenta la esperanza, la confianza de la fe y
la providencia que siempre la acompaña. No hay nada que no podamos resolver
contando con la ayuda divina y la conciencia de que no estamos solos.
El
padre como líder espiritual puede ser guía de la familia para vivir el
encuentro con Dios fomentando la oración antes de dormir, bendiciendo la mesa
en las comidas, a través de la música reunidos alrededor de una chimenea o
haciendo una caminata en la naturaleza.
Planificar tareas con otros familiares
Cuidar
la familia también requiere estar presente para la familia más extensa.
Organizar y participar de eventos familiares donde todos se reúnen es
importante para compartir y generar vínculos saludables.
Sin
embargo saber planificar el tiempo de atención que necesitan nuestros padres
ancianos como por ejemplo al llevarlos al médico, es clave para que esos
tiempos que no son los de la familia propia no entren en conflicto y sea
posible armonizar ambos.
Defender los derechos de la familia
Las
familias unidas consiguen cosas que no se podrían lograr de manera individual
para cuidar la familia propia y la de los demás manteniendo un papel
protagónico para hacerse escuchar en la defensa de sus derechos.
En
muchos países redes de familias están logrando que se sancionen leyes que
favorecen la vida familiar, así como también que no se sancionen leyes que
afectan la vida familiar porque esas familias organizadas se manifiestan ante
empresas o legisladores que no las apoyan.
Llevar la familia a la agenda profesional
Organizar
el tiempo es importante para incorporar a la agenda profesional los tiempos
familiares. Poner en agenda eventos de la familia como actos escolares o
actividades deportivas comunican a nuestros seres queridos que nos importan.
Hoy
en día hay empresas que promueven esta filosofía donde al darle igual jerarquía
a la actividad familiar, lo urgente no absorbe lo importante. La meta es lograr
un balance de la vida laboral sin que invada a la familia para responder a
ambas responsabilidades.
Ser líderes en la educación de los hijos
Para
cuidar la familia los padres no deben renunciar a ser líderes en la educación
de los hijos, especialmente en un área tan importante como es la sexalidad y la
salud sexual. Es importante no dejar que otros ocupen ese lugar para aclarar
dudas y responder a preguntas de manera más oportuna y completa.
Los
padres pueden utilizar las circunstancias de la vida para poder iluminar las
ideas y darles criterios a sus hijos a su debido tiempo y con un lenguaje
adecuado, para demostrarles con argumentos sólidos que los valores nos
convienen y que no son prohibiciones sino grandes afirmaciones para vivir
amores de mayor calidad.
Cecilia Zinicola
Fuente: Aleteia
David
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