En
el Encuentro el “Fútbol que amamos”
El
Papa ha recibido esta mañana en audiencia a los participantes en el encuentro
el “Fútbol que amamos”, organizado por el periódico deportivo La Gazzetta
dello Sport en colaboración con el Ministerio de Educación, Universidad e
Investigación (MIUR), la Federación Italiana de Fútbol y la Liga Serie A al que
asisten alrededor de 6.000 niños y niñas de las regiones del Lacio y los
Abruzos.
“El
deporte es una gran oportunidad para aprender a dar lo mejor de ti mismo, con
sacrificio y compromiso, pero sobre todo no solos – observó el Santo
Padre- Escuchadme bien: el deporte, no solos. Vivimos en una época en la que,
gracias también a la presencia masiva de nuevas tecnologías, es fácil aislarse,
crear lazos virtuales con muchos, pero a distancia. Lazos, pero solos. Lo mejor
de jugar con una pelota es poder hacerlo junto con otros, pasarlo en medio del
campo, aprender a construir acciones de juego, unirse en equipo”.
El
balón se convierte en un “medio de invitar a las personas reales a compartir
amistades, a encontrarse en un espacio, a mirarse a la cara, a desafiarse para
poner a prueba sus habilidades”, destacó el Pontífice. Queridos amigos: el
fútbol es un juego de equipo, ¡no puedes divertirte solo! Y si se vive así,
realmente puede hacer mucho bien sea a la cabeza como al corazón en una
sociedad que exaspera al subjetivismo, es decir la centralidad del propio yo,
casi como un principio absoluto… Jugar te hace feliz porque puedes expresar tu
libertad, competir de una manera divertida, vivir un tiempo gratis, simplemente
porque te gusta… Se corre tras un sueño sin volverse necesariamente un campeón.
La Carta de los Derechos de los Niños al Deporte también reafirma el derecho de
todo niño a “no ser un campeón” (Artículo 10).
Después
invitó a los padres a transmitir a sus hijos esa mentalidad del juego, de la
gratuidad, y de la sociabilidad “para animarlos en los momentos difíciles,
especialmente después de una derrota… Y para ayudarles a entender que el banco
no es una humillación, sino una oportunidad de crecer y una oportunidad para
otra persona. Que tengan siempre el gusto de dar lo mejor, porque más allá del
juego está la vida que les espera”.
En
esta aventura, los entrenadores tienen un papel importante, porque representan
un punto de referencia para los niños que entrenan. “Todo lo que decís y hacéis
y la forma en que lo decís y lo hacéis, se convierte en una enseñanza para
vuestros atletas, es decir, dejará una marca indeleble en su vida, para bien o
para mal”, advirtió el Papa.
También
se dirigió a los campeones del fútbol en los que se inspiran estos jóvenes
atletas. “No olvidéis desde dónde empezasteis: en ese campo de periferia, en
ese oratorio, en esa pequeña sociedad… Os deseo que sintáis siempre gratitud
por vuestra historia hecha de sacrificios, victorias y derrotas. Y también que
sintáis la responsabilidad educativa, demostrada con la coherencia de vida y la
solidaridad con los más débiles, de animar a los más jóvenes a volverse grandes
dentro y tal vez incluso campeones en la vida.
Las
últimas palabras fueron para los directivos a quienes exhortó a defender
siempre el espíritu amateur del juego. “Que no termine la belleza del fútbol en
un do ut des (te doy para que
me des) de los negocios financieros”.
Fuente:
Zenit