El Papa
Francisco animó a los religiosos de la Orden de la Santísima Trinidad y de los
Cautivos (“Trinitarios”) a ir al encuentro de los jóvenes cercanos y lejanos de
la Iglesia “sin pastorales prefabricadas”
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El Papa Francisco recibe al Capítulo General de la Orden de los Trinitarios. Foto: Vatican Media / ACI |
Así lo expresó
el Santo Padre este 15 de junio al recibir en audiencia al Capítulo General de
la Orden de los Trinitarios en la Sala Clementina del Vaticano.
“Queridos
hermanos, ¡Que nadie les robe su capacidad de soñar y profetizar!
¡Rompamos nuestros miedos! ¡Alcémonos en pie! Los jóvenes, cercanos y lejanos,
nos esperan”, exclamó el Papa en su discurso.
En esta línea,
Francisco destacó que el Capítulo General se ha centrado en la pastoral
juvenil y vocacional. “Un tema vital para la Iglesia, como destaca el
reciente Sínodo de los Obispos dedicado a los jóvenes, y ciertamente también de
gran importancia para su Orden”, dijo.
Una vez más, el
Pontífice reconoció que la pastoral juvenil y vocacional no es fácil porque
recordó que “cualquier trabajo vocacional no es proselitismo. Esto como
punto de partida: no es proselitismo” y mencionó que los mismos religiosos
aceptan tener “dificultades con el lenguaje y el método para comunicar con el
mundo juvenil”.
Ante una
cultural vacía por el relativismo y “la cultura del fragmento”, el Santo Padre
aseguró que “también hoy en día hay jóvenes que buscan ardientemente el
significado completo de sus vidas; jóvenes capaces de dedicación
incondicional a las grandes causas. Jóvenes que aman apasionadamente a Jesús y
muestran gran compasión por la humanidad”.
“Hay jóvenes
que tal vez no hablan de significado y de sentido de la vida, pero ¿qué quieren
decir cuando ansían la felicidad, el amor, el éxito, la realización personal?
Todo esto es parte del mundo de las aspiraciones de nuestros jóvenes,
que necesitan ser ordenadas”, explicó el Papa.
Por ello,
Francisco los animó a “ayudar a los jóvenes a armonizar sus
aspiraciones, a ponerlas en orden. Sin olvidar que, con razón, piden que se les
otorgue un cierto protagonismo en todo esto” y añadió que “los jóvenes no
pueden soportar entornos donde no encuentran su espacio y no reciben estímulos.
Deben ser protagonistas, esta es la llave, y protagonistas en movimiento, no
quietos”, exclamó.
De este modo,
el Papa Francisco les pidió acompañar a la juventud. “Los jóvenes nos
quieren cerca. La pastoral juvenil y vocacional requiere acompañamiento y
esto implica cercanía, hacerse presente en la vida de los jóvenes, como Jesús
con los discípulos de Emaús”, explicó.
“Abran sus
casas y comunidades a los jóvenes para que puedan compartir su oración
y su fraternidad, pero sobre todo, ábranles sus corazones. Que se sientan
amados por lo que son, por cómo son. Sean para los jóvenes hermanos mayores con
los que pueden hablar, en quienes pueden confiar”, animó el Papa.
Además, el
Pontífice destacó a los religiosos que “es necesario salir al encuentro de los
jóvenes, no solo a los que están cerca, sino también a los que están lejos” y
les solicitó: “No se limiten a aceptar a quienes acudan a ustedes, salgan
también al encuentro de los que se han alejado. Acójanlos tal y como son. Nunca
desprecien sus límites. Apóyenlos y ayúdenlos en la medida de lo posible”.
“Los aliento
a caminar con ellos, saliendo de los esquemas prefabricados, por favor,
¡las pastorales prefabricadas no funcionan! sin olvidar que, especialmente
con los jóvenes, hay que ser perseverantes, sembrar y esperar pacientemente a
que crezca la semilla, y un día, cuando el Señor quiera, dé fruto”.
Por último, el
Papa sugirió que su pastoral juvenil “sea dinámica, participativa,
alegre, llena de esperanza, capaz de asumir riesgos, de confiar. Y siempre
llena de Dios, que es lo que más necesitan los jóvenes para colmar su anhelo de
plenitud. Una pastoral llena de Jesús, que es el único Camino que los lleva al
Padre, la única Verdad que sacia su sed, la única Vida por la cual vale la pena
dejarlo todo”.
“Y todo esto
¿para qué?: Para que sean santos. Esta es la motivación, la
fuerza de toda nuestra vida religiosa y también de nuestra acción con los
jóvenes: llevarlos a Dios”, concluyó.
Por Mercedes
de la Torre
Fuente:
Aci prensa