Lo mejor es promover, de modo muy positivo, una sana educación y vivencia de la sexualidad
La “ideología de
género” es un problema que genera mucha confusión entre padres de familia, que,
en muchos casos, no tienen una postura clara al respeto, pues carecen,
comprensiblemente, de formación básica al respeto. ¿Por qué hablar de este
asunto genera “anticuerpos” en muchos ámbitos escolares? Exhorto a los papás
–que no tienen las ideas tan claras– a hacer un esfuerzo y conocer el peligro
que comporta esta “supuesta defensa de libertad”.
Una inserción en lo cotidiano
En primer lugar,
hace ya algún tiempo, el gobierno y ONG´s transnacionales, así como muchos
medios de comunicación, difunden esta “ideología”, presionando para que los
profesores tengan que enseñarla, como parte obligatoria del currículo escolar.
Prácticamente, “atropellan” el deber y derecho que tenemos los padres de
enseñarles lo que consideramos correcto. Se sostiene que, no se nace con un
sexo definido, sino que, tiene todo el derecho y “libertad” de escoger su
género. Principalmente, con relación a cosas tan esenciales como: su orientación
y comprensión de la sexualidad.
No nos confundamos
Tengamos mucho
cuidado, pues a través de un sutil juego de palabras “muy justas” (equidad,
respeto, igualdad…), nos hacen creer, que no hay nada de qué preocuparse, pues
se está “promoviendo una sana defensa de la equidad sexual”. Por este motivo,
debemos ser capaces de explicar la recta vivencia de la sexualidad. Así como
las graves mentiras que se esconden detrás de esta ideología.
Por si fuera
poco, lo hacen, prácticamente, a espaldas de nuestra conciencia, educándolos
desde temprana edad, en cosas tan esenciales como: su orientación y comprensión
de la sexualidad. No estamos hablando solamente de los colegios, películas y
series de televisión. Preocupémonos y hagamos un esfuerzo especial por formar
de modo consciente a nuestros hijos e hijas en lo que respecta a sexualidad.
Esto exige, en primer lugar, una formación básica y fundamental acerca de lo
que significa la castidad, palabra cada vez más rara y olvidada en nuestra
cultura. La misma que está marcada y oprimida por valores totalmente
tergiversados acerca de lo que significa vivir una sana orientación sexual
entre hombre y mujer.
Líneas de acción
· Una sana educación
sexual: Seamos los primeros que debemos comprender y
vivir una correcta vida sexual. La palabra “castidad”, que suena casi a algo
medieval, significa no más que un recto orden en la vivencia de nuestra
sexualidad. Es decir, así como todas las cosas, existe un orden naturalmente
establecido para vivir esa dimensión tan importante de nuestra vida.
· Vivir la
castidad: El diccionario de la Real Academia Española, define
“casto” a “la persona que se abstiene de todo goce sexual desordenado”, o que
“se atiene a lo que se considera como lícito”. Es quien vive su sexualidad de
acuerdo con su condición y estado en que se encuentra.
· No hay
“géneros distintos”: No se trata de
reflexionar ahora sobre los tiempos en que uno empieza a iniciarse en la vida
sexual, y cómo lo hace. Lo que sí interesa ahora, es que quede claro, que
existe una manera masculina o femenina de vivir la castidad.
· Vivir una
sexualidad positiva: Enseñemos a nuestros hijos la
correcta manera de vivir su sexualidad, lo cual es algo muy hermoso, pues
valora no sólo el cuerpo, sino también nuestras emociones, pensamientos, hasta
nuestro espíritu.
Por lo tanto, a
la pregunta: ¿cómo hablar de “ideología de género” a nuestros hijos?, lo mejor
es promover, de modo muy positivo, una sana educación y vivencia de la
sexualidad. Es a través de esta educación y formación positiva, como logramos
que nuestros hijos vean en la sexualidad, un camino hermoso para vivir el
verdadero amor cristiano y no un simple acto de placer egoísta.
Por: Pablo Augusto Perazzo
Por: Pablo Augusto Perazzo
Fuente: Revista
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