El
Papa Francisco invitó a los cristianos a conjugar “contemplación y acción” y
asumir así la enseñanza de Jesús sobre la actitud del creyente
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El Papa dirige el rezo del Ángelus desde el Palacio Apostólico. Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa |
En
su reflexión previa al rezo del Ángelus este domingo 21 de julio en la Plaza de
San Pedro del Vaticano, el Santo Padre comentó cómo en el Evangelio del domingo
el evangelista San Lucas narra la visita de Jesús a la casa de Marta y María,
las hermanas de su amigo Lázaro.
“Ellas
lo acogen y María se sienta a sus pies para escucharlo; deja aquello que estaba
haciendo para estar cerca de Jesús: no quiere perderse ninguna de sus palabras”,
contó.
Francisco
llamó a imitar a María, la hermana de Lázaro, porque “también para cada uno de
nosotros, como para María, no debería haber ninguna ocupación o preocupación
que pueda tenernos alejados del Maestro divino”.
“Todo
se deja de lado para que cuando venga Él a visitarnos en nuestra vida, su
presencia y su palabra llegan antes que cualquier cosa”, señaló.
El
Santo Padre subrayó que “el Señor nos sorprende siempre: cuando nos ponemos a
escucharlo verdaderamente, las nubes se disipan, las dudas dejan su lugar a la
verdad, los miedos a la serenidad, y las diferentes situaciones de la vida
encuentran su lugar justo”.
La
figura de María de Betania a los pies de Jesús, explicó el Papa Francisco,
“muestra la actitud orante del creyente que sabe estar en presencia del Maestro
para escucharlo y ponerse en sintonía con Él”.
“Se
trata de hacer una parada durante la jornada, recogerse en silencio para dejar
espacio al Señor que ‘pasa’ y encontrar la valentía de permanecer un poco
apartado junto a Él, para, después, regresar con mayor serenidad y eficacia a
las cosas de cada día”.
Al
alabar el comportamiento de María que, en palabras de Jesús, “eligió la mejor
parte”, el Señor “parece repetir a cada uno de nosotros: ‘No te dejes abrumar
por las cosas por hacer, sino, escucha antes que nada la voz del Señor para
desempeñar bien las obligaciones que la vida te asigna”.
Además
de María, el fragmento evangélico de San Lucas pone el foco en la otra hermana
de Lázaro, Marta. “San Lucas dice que fue ella la que alojó a Jesús. Quizás
Marta era la mayor de las dos hermanas, no lo sabemos, pero ciertamente esta
mujer tenía el carisma de la hospitalidad”.
De
hecho, “mientras María escucha a Jesús, ella está ocupada en muchos servicios.
Por ello, Jesús le dice: ‘Marta, Marta, tú te afanas y te agitas por muchas
cosas’. Con estas palabras Él no trata de condenar la actitud del servicio,
sino más bien el afán con que en ocasiones se vive”.
“También
nosotros compartimos la preocupación de Santa Marta y, sobre su ejemplo, nos
proponemos que, en nuestras familias y en nuestra comunidad, se viva el sentido
de la acogida, de la fraternidad para que cada uno pueda sentirse como en casa,
especialmente los pequeños y los pobres”.
Por
lo tanto, “el Evangelio de hoy nos recuerda que la sabiduría del corazón está,
precisamente, en el saber conjugar estos dos elementos: la contemplación y la
acción. Marta y María nos indican el camino”.
“Si
queremos saborear la vida con alegría, debemos asociar estas dos actitudes: por
una parte, el estar a los pies de Jesús, para escucharlo mientras nos desvela
el secreto de cada cosa; por otra parte, permanecer dispuestos y preparados en
la hospitalidad para cuando Él pase y llame a nuestra puerta, con el rostro del
amigo que tiene necesidad de un momento de descanso y fraternidad”, concluyó el
Papa Francisco.
Fuente:
ACI Prensa