Aprobado
en la Asamblea General de las Naciones Unidas
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Sepultura de las víctimas
cristianas en Burkina Faso
© Ayuda a la Iglesia Necesitada/Twitter
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El
22 de agosto se celebrará por primera vez el Día Internacional para conmemorar
a las víctimas de violencia y persecución religiosa. El pasado 28 de mayo
la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó por consenso la instauración
de esta nueva jornada internacional.
El
día fijado a nivel mundial es el 22 de agosto de cada año, a partir de 2019,
informa la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada. Es la
primera vez que los 204 países miembros de las Naciones Unidas acuerdan tal
importancia a este problema creciente y de consecuencias terribles.
La
palabra religión no aparece en ninguna de las otras 163 fechas observadas por
las Naciones Unidas. Esta es una iniciativa de Polonia y un grupo central de
países que incluyen a Canadá, Brasil, Pakistán, Egipto, Irak y Estados Unidos.
La
importancia de un día especial para conmemorar a los mártires por su fe “no
debe pasar desapercibida entre los cristianos”, señalan los promotores. Los
cristianos siguen siendo, aun en este siglo 21, la comunidad religiosa más
perseguida del mundo. Es el día para hacerles saber a ellos, y también a sus
verdugos, que no los olvidamos.
“La
persecución es un proceso, no sucede de la noche a la mañana. Y la libertad
religiosa es como un techo compuesto por muchas tejas que van desapareciendo
paulatinamente”, indica la fundación pontificia. Esta libertad tiene tres
dimensiones: 1º. la libertad de tener o no tener una religión, 2º. la libertad
de cambiar de religión, y 3º. la libertad de vivir de acuerdo con su fe tanto
en público como en privado, individualmente o con un grupo.
Visto
de esta manera, “comprendemos que este 22 de agosto no solo debemos actuar por
el bienestar de las comunidades del Oriente Medio que ya perdieron todas las
dimensiones de su libertad religiosa, sino apreciar cómo, en nuestro propio
entorno, comenzamos a perder tejas de nuestro propio techo de libertad”,
escribe Marcela Szymanski, de ACN Internacional.
“¿Has
notado cómo remueven crucifijos de las plazas, cómo eliminan las clases de
religión católica en las escuelas, cómo ya no puedes mencionar el nombre de
Dios sin ser acusado de fascista o situaciones peores?”, plantea Szymanski. Los
médicos de muchos países del mundo ya no pueden rechazar aplicar una eutanasia
o un aborto. Esas son las tejas de libertad que tenemos que defender, y es el
22 de agosto de cada año que debemos revisar nuestro propio techo y el de
nuestros hermanos.
Rosa
Die Alcolea
Fuente:
Zenit






