10
Claves para rechazar el terrorismo y su relación con la causa de la religión
Una
comisión trabajará para aplicar las pautas del Documento de la Fraternidad
Humana para la paz mundial y la convivencia, firmado en Abu Dhabi el pasado 4
de febrero.
“Aunque
desafortunadamente a menudo es noticia el mal, el odio, la división, hay un
océano escondido de bien que crece y nos hace esperar en el diálogo, en el
conocimiento mutuo, en la posibilidad de construir, junto con los creyentes de
otras religiones y todos los hombres y mujeres de buena voluntad, un mundo de
fraternidad y de paz”, ha manifestado el papa Francisco este lunes 26 de agosto
de 2019.
El
Pontífice ha hecho estas declaraciones a través del director de la oficina de
Prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni, con motivo de la reciente creación
de la Comisión superior para alcanzar los objetivos manifestados en
el Documento sobre la Fraternidad Humana por la paz mundial y la
convivencia común, que fue firmado el pasado mes de febrero en los Emiratos
Árabes Unidos, junto al Gran Imán de Al-Azhar.
El
Papa animó “el trabajo de la Comisión para la difusión del Documento” y
agradeció a los Emiratos Árabes Unidos por “el compromiso concreto en
favor de la fraternidad humana y desea que iniciativas semejantes puedan
multiplicarse en el mundo”.
Para
el presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso del
Vaticano, Monseñor Miguel Ángel Ayuso Guixot, este comité, que hoy ha recibido
el aliento del Santo Padre, “es un ejemplo concreto de cómo los líderes
religiosos pueden tender puentes, fortalecer el diálogo, venciendo así la
tentación de encerrarse en sí mismos y alimentar el choque de civilizaciones”.
En
el prefacio del documento firmado en febrero por el Papa Francisco y Gran
Imán de Al-Azhar, Ahmad Al-Tayyeb se reafirma que Dios “ha creado el universo,
las criaturas y todos los seres humanos —iguales por su misericordia”. Por
tanto, “por la fe en Dios”, el creyente “está llamado a expresar
esta fraternidad humana, protegiendo la creación y todo el universo y ayudando
a todas las personas, especialmente las más necesitadas y pobres”.
El Papa y el Gran Imán
contra el terrorismo: 10 puntos claves del documento Documento de la
Fraternidad Humana para la paz mundial.
1. Ver en el otro a un
hermano y no un enemigo
El
documento “pensado con sinceridad y seriedad” aborda el desafío de resolver las
diferencias y subraya lo que une a la humanidad. “La fe lleva al creyente a ver
en el otro a un hermano que debe sostener y amar”. Además es “una guía para las
nuevas generaciones hacia una cultura de respeto recíproco, en la comprensión
de la inmensa gracia divina que hace hermanos a todos los seres humanos”.
2. Dios ha prohibido matar
“En
el nombre de la inocente alma humana que Dios ha prohibido matar, afirmando que
quien mata a una persona es como si hubiese matado a toda la humanidad y quien
salva a una es como si hubiese salvado a la humanidad entera”.
3. Las religiones no
incitan a la guerra y el odio
Declara
que “las religiones no incitan nunca a la guerra y no instan a sentimientos de
odio, hostilidad, extremismo, ni invitan a la violencia o al derramamiento de
sangre”. Por esto, el Papa y el Imán piden que cese la “instrumentalización de
las religiones para incitar al odio, a la violencia, al extremismo o al
fanatismo ciego y que se deje de usar el nombre de Dios para justificar actos
de homicidio, exilio, terrorismo y opresión”.
4. No al financiamiento
del terrorismo
El
documento es claro, rechaza el terrorismo y su relación con la causa de la
religión. Al contrario, constituye una amenaza a la seguridad de las personas,
“propagando el pánico, el terror y el pesimismo”. Sostiene que los terroristas
utilizan la religión con “interpretaciones equivocadas de los textos
religiosos”. Por eso, se exhorta “interrumpir el apoyo a los movimientos
terroristas a través del suministro de dinero, armas, planes o
justificaciones”. El terrorismo y sus “crímenes internacionales” debe ser
considerados como una amenaza a la seguridad y la paz mundiales. “Tal
terrorismo debe ser condenado en todas sus formas y manifestaciones”.
5. Trabajar juntos contra
las discriminaciones
“El
concepto de ciudadanía se basa en la igualdad de derechos y deberes bajo cuya
protección todos disfrutan de la justicia. Por esta razón, es necesario comprometernos
para establecer en nuestra sociedad el concepto de plena ciudadanía y renunciar
al uso discriminatorio de la palabra minorías, que trae consigo las semillas de
sentirse aislado e inferior; prepara el terreno para la hostilidad y la
discordia y quita los logros y los derechos religiosos y civiles de algunos
ciudadanos al discriminarlos”.
6. Relación entre
Occidente y Oriente es una necesidad
La
relación entre Occidente y Oriente es una necesidad - enseña el documento - ,
que “no puede ser sustituida ni descuidada, de modo que ambos puedan enriquecerse
mutuamente a través del intercambio y el diálogo de las culturas. El Occidente
podría encontrar en la civilización del Oriente los remedios para algunas de
sus enfermedades espirituales y religiosas causadas por la dominación del
materialismo. Y el Oriente podría encontrar en la civilización del Occidente
tantos elementos que pueden ayudarlo a salvarse de la debilidad, la división,
el conflicto y el declive científico, técnico y cultural. Es importante prestar
atención a las diferencias religiosas, culturales e históricas que son un
componente esencial en la formación de la personalidad, la cultura y la
civilización oriental; y es importante consolidar los derechos humanos
generales y comunes, para ayudar a garantizar una vida digna para todos los
hombres en Oriente y en Occidente, evitando el uso de políticas de doble
medida”.
7. Paz para la humanidad
La
declaración explica la “fuerte convicción de que las enseñanzas verdaderas de
las religiones invitan a permanecer anclados en los valores de la paz; a
sostener los valores del conocimiento recíproco, de la fraternidad humana y de
la convivencia común; a restablecer la sabiduría, la justicia y la caridad y a
despertar el sentido de la religiosidad entre los jóvenes, para defender a las
nuevas generaciones del dominio del pensamiento materialista, del peligro de
las políticas de la codicia de la ganancia insaciable y de la indiferencia,
basadas en la ley de la fuerza y no en la fuerza de la ley”.
8. Derechos de las mujeres
La
dignidad e igualdad de las mujeres, niños y ancianos es otro aspecto
importante, sobre todo en las instituciones musulmanas. De ahí que el documento
insista en reconocer “el derecho de las mujeres a la educación, al trabajo y al
ejercicio de sus derechos políticos. Además, se debe trabajar para liberarla de
presiones históricas y sociales contrarias a los principios de la propia fe y
dignidad”. Igualmente, se plantea “la protección de los derechos fundamentales
de los niños a crecer en un entorno familiar, a la alimentación, a la educación
y al cuidado es un deber de la familia y de la sociedad. También indica, que es
importante “la protección de los derechos de los ancianos, de los débiles, los
discapacitados y los oprimidos es una necesidad religiosa y social que debe
garantizarse y protegerse a través de legislaciones rigurosas y la aplicación
de las convenciones internacionales al respecto”.
9. La libertad y la
diversidad de religión
En
el texto sobre la fraternidad humana también se insiste en la libertad, que es
un “derecho de toda persona: todos disfrutan de la libertad de credo, de
pensamiento, de expresión y de acción. El pluralismo y la diversidad de
religión, color, sexo, raza y lengua son expresión de una sabia voluntad
divina, con la que Dios creó a los seres humanos”. Subraya, asimismo, que “esta
Sabiduría Divina es la fuente de la que proviene el derecho a la libertad de
credo y a la libertad de ser diferente. Por esto se condena el hecho de que se
obligue a la gente a adherir a una religión o cultura determinada, como también
de que se imponga un estilo de civilización que los demás no aceptan”.
10. Repudiar el extremismo
ciego
Al-Azhar
y la Iglesia Católica desean que: “esta Declaración sea una invitación a la
reconciliación y a la fraternidad entre todos los creyentes, incluso entre
creyentes y no creyentes, y entre todas las personas de buena voluntad; sea un
llamamiento a toda conciencia viva que repudia la violencia aberrante y el
extremismo ciego; llamamiento a quien ama los valores de la tolerancia y la
fraternidad, promovidos y alentados por las religiones; sea un testimonio de la
grandeza de la fe en Dios que une los corazones divididos y eleva el espíritu
humano; sea un símbolo del abrazo entre Oriente y Occidente, entre el Norte y
el Sur y entre todos los que creen que Dios nos ha creado para conocernos, para
cooperar entre nosotros y para vivir como hermanos que se aman”.
Ary Waldir Ramos Díaz
Fuente:
Aleteia